lunes, 31 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 50

Una vez en el auto, Ramírez abrió el sobre. En él halló fotos en las que se lo veía con Paula el día de su cumpleaños, cuando le robó un beso, con Brenda, abrazados en un reservado de un boliche, en un restaurante almorzando con Laura, y con Vanina en su apartamento, realizando juegos sexuales: a ella debajo de él con las manos atadas a los barrotes de la cama con una soga, y a él en su lugar con los ojos vendados.
También halló un papel, con letras recortadas de un diario decía: “Tu ambición las matará”.
Enseguida se le vinieron a su mente las palabras de Laura: “Cuida de Paula”. Dejó el sobre con las fotos sobre el asiento del acompañante, encendió el auto y arrancó. Pero, tuvo que frenar de golpe, porque frente a su vehículo estaba parada la detective Peralta apuntándole con un arma.

Careo

-Brenda, yo te sentía mi hermana y me traicionaste.- le dijo Paula con enojo- Te metiste con todos los hombres que me amaban: con mi padre, con Jorge y con Mariano; con Mariano, con todo lo que te hable de él, de lo que sentía, ¡Cómo pudiste.
-Estás equivocada Paula yo…
-¡Basta! ¡Basta!, no quiero más mentiras, sé una vez sincera en la vida, por favor.
-Está bien. Yo… yo estuve con Jorge, pero fue por despecho, por soledad…
-Pero… yo lo quería, vos me alejaste de él porque me dijiste que me iba a lastimar, que yo para él sólo era una más de sus aventuras, que cuando me descompuse en su casa él no hizo nada, que no se había preocupado por mí. ¿Eso era verdad?
-No. Te mentí.
-Y cuál es la verdad.
-Antes de que te fueras a ver con él yo te hice un té porque vos estabas nerviosa, yo te puse unas pastillas para dormir, eran muy suaves, sólo quería que te quedaras dormida y faltaras a la cita, pero saliste antes de que te hicieran efecto. Después se ve que al mezclarlas con alcohol te intoxicaste. Jorge me llamó cuando te sentiste mal. El estuvo conmigo toda la noche, esperando tu recuperación. Y los días siguientes vino a verte, pero yo no lo dejé pasa; lo culpaba por lo que te había pasado, por haberte dado alguna droga.
-¿Y él, se fue así como así, no peleo por mí?
-No pudo.
-No pudo o te encargaste que no pudiera metiéndote en su cama.
-Ya te dije, estuve con Jorge por despecho. Un día me sentía mal, engañada por ese hombre casado con el que salía, y me encontré por casualidad con él en un restaurante, empezamos a hablar… nos hicimos compañía toda la tarde. Al día siguiente, volvimos a encontrarnos para almorzar, y al siguiente, y al siguiente, pero sólo nos hacíamos compañía. Hasta que una noche nos citamos en un boliche, bebimos algo y… ese día sí terminamos en su casa. Sólo fue una relación de una noche, algo no planeado que empezó y terminó ahí, te lo juro. Quedamos como amigos.
-Y pensas que puedo llegar a creerte después de todo. No; no te creo, ayer cuando te oí hablar con él supe que seguías en contacto y empecé a recordar lo que había pasado esa noche, que él me había dicho que me amaba, sus besos, sus caricias; estaba dormida, pero sabía que había oído su voz en el hospital. Y recordé la noche que te vi abrazada con el en ese boliche… mi padre me lo había dicho, pero no le creía hasta que los vi.
-¿Tu padre te dijo?
-¿Y Mariano?
-Yo nunca estuve con Mariano, nunca te mentí acerca de él.
-Yo te vi con él el sábado a la mañana y a la noche él me dice que no quiere estar más conmigo.
-No era yo.
-El me llamó para salir el viernes y lo sentí tan dulce que pensé que me iba a pedir casamiento. Por eso, y porque habíamos estado hablando de que ambos soñábamos con tener una casa llena de chicos, con comprometernos con alguien para siempre y porque el día anterior se había detenido frente a una joyería y me había preguntado que anillos me parecían más bellos… Y esa mañana, lo veo con vos, y siento que todo se me iba a esfumar de nuevo, pero a la noche, parada en la esquina que quedamos encontrarnos cuando lo veo venir hacia mí, pensé que el sueño se cumplía. Cenamos, brindamos por el futuro, me dijo que me amaba, pero como a la persona más bella y maravillosa que había conocido, me amaba, pero había alguien más que se había robado su corazón...

sábado, 29 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 49

Brenda no estaba segura lo que significaba “todo” exactamente para Paula.
- ¿Recordaste lo que pasó la noche del sábado?
- Recordé “todo”, Brenda, “todos” los episodios que me marcaron, que me atormentaron. Se me parte la cabeza, pero debe ser el efecto de no tomar las pastillas que me dio el psicólogo. Esas pastillas me mantenían como en una burbuja, las cosas pasaban delante de mí como en cámara lenta; yo vivía y no me sentía del todo viva.
- No entiendo, pasó así de repente.
- No. Fue de a poco. Ciertos sonidos, ciertas palabras fueron en estos días disparando en mí recuerdos. Y los recuerdos vinieron cargados de los sentimientos a los que temía. Recuerdo, pero no comprendo.
- Qué cosas no comprendes.
- No comprendo por qué lo hiciste Brenda, por qué me lastimaste tanto.
- Yo, yo lastimarte… Paula, no sabes lo que decís. Yo siempre traté de protegerte.
- ¡No!, ¡Siempre quisiste tener mi vida, y te la apropiaste!
- Basta, no quiero seguir escuchándote, tengo miedo de decir algo que termine hiriéndonos a ambas.
Brenda se levanto y estaba por golpear la puerta para que le abrieran cuando Paula se abalanzó sobre ella y empujándola hacia atrás se interpuso entre ella y la puerta y le dijo:
- Vas a escucharme, ya estoy harta de que me digan que no sé lo que digo, que estoy confundida. ¡Estoy harta, harta!
- Esta bien. Sentémonos y hablemos.


El museo donde trabajaba Laura estaba levantado sobre unas antiguas construcciones. En el subsuelo, en la sala donde se guardaban las obras para ser restauradas, semanas antes, ella había descubierto una puerta que daba a un corredor que conducía hasta el sótano de la iglesia, enfrente del edificio.
Laura se había asegurado de que ambas puertas estuvieran abiertas y la forma de ser cerradas una vez que ella las hubiera usado. Por allí salió con los bolsos con el dinero y las pinturas. Atravesó la iglesia y se subió a un auto que había dejado estacionado en un garaje cercano.
Se alejó de la ciudad, como lo había hecho el día anterior y se detuvo frente al mismo bar. Bajó, entró, pidió un cortado, y monedas para el teléfono. Marcó un número, hablo, y colgó rápido, pagó y sin beber la infusión salió apresurada.

viernes, 28 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 48

Jorge oyó la voz de la detective alejarse y la puerta del departamento que se cerraba. Entonces salió del baño y se encontró con el rostro entristecido de la portera
- Jorge, qué está pasando.
- No sé Nélida, no sé.
- Es que… creo que te estabas escondiendo.
- Vanina se vio involucrada en un asunto policial y yo le salí de testigo, esa detective fue la que la interrogó y quien me tomó declaración a mí también, ella sabe que éramos muy allegados y que soy una de las últimas personas que estuvo con ella. Prefiero, en este caso, quedarme más al margen, hay cosas que no me cierran, no quiero quedar pegado.
- Si, a veces la policía busca chivos expiatorios. Sé que sos un buen muchacho. Vos y Vanina nos ayudaron mucho cuando José estuvo enfermo. Nosotros no nos vamos a olvidar nunca de eso, y de lo de la casa.
- Eso ya pasó.
- Si no fuera por vos, ese arquitecto nos dejaba un departamento de portería que parecía una cucha de perro. Vos reformaste todo para que estuviéramos más cómodos y yo pudiera traer a vivir a mi mamá que estaba postrada. Todavía cuando lo veo me da escozor… no me gusta… no me gusta para nada- decía mientras movía la cabeza en un claro gesto de desaprobación.
- Como es eso…, lo siguen viendo.
- Y, viene a verla a Vanina. Ella dice que es un buen cliente, y nosotros sabemos de qué clientes se trata.
- No sabía nada.
Esta información que Ramírez desconocía lo golpeo. “Roberto frecuentaba a Vanina”, “Roberto y Vanina”, repetía una voz en su cabeza una y otra vez.
- Debo irme- dijo de repente.
- Espera- lo retuvo Nélida-. Este sobre estaba entre los de correo. Es para vos.
-¿Para mí?- preguntó asombrado.
- Si, es raro, no tiene remitente, ni sellado. Se lo dejamos a Vanina, pero José lo rescató de su departamento cuando entro la policía, no quería que nos hicieran preguntas sobre vos. ¿Hicimos bien?
- Gracias. Ahora yo les debo una.

jueves, 27 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 47

Ramírez estaba acercándose con su auto al edificio donde vivía Vanina cuando vio las luces de los patrulleros. Estacionó un poco más adelante, tenía un mal presentimiento. Bajo, se acercó a pie, conocía de vista a algunos vecinos, así que espero que alguno entrara para colarse con ellos. Tomó el ascensor hasta el piso del departamento de su amiga, y cuando se abrió la puerta observó que éste estaba vallado. El ascensor no había cerrado aún sus puertas cuando Jorge volvió a ingresar en él, y apretó el botón de planta baja.
Fue hasta la portería, allí encontró a la señora del portero que lo hizo pasar cuando lo reconoció. Su esposo estaba con la policía tratando de ayudarlos. Le contó que dos agentes les habían tocado el timbre para que les abriera el departamento de Vanina. Ellos habían recibido una denuncia anónima de que ella había sufrido un ataque. Cuando entraron la encontraron ahorcada con una soga, ésta estaba atada al ventilador del techo de su living. A la mujer le parecía curioso que fuera un suicidio ya que tenía las valijas preparadas, y había pagado las expensas por adelantado porque había recibido una invitación de su hermana para vivir unos meses con ella. “Alguien que piensa en matarse no hace esas cosas”, le dijo. “Estoy segura que la mataron”, repitió.
Ramírez así también lo creía.
La señora del portero se levantó para atender la puerta, había sonado el timbre. Se oyó la voz de la detective Peralta, entonces, Jorge fue hacia el baño para evitar ser visto.


Paula comenzó a sentirse mejor. Sentía que podía confiar en Brenda, aunque había cosas que ella debía aclararle. Se soltó de sus brazos y aún sin levantarse del piso, se sentó mirándola a los ojos y le dijo: “Recuerdo todo”.

lunes, 24 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 46

Laura supo, el día que terminaron las clases, que Roberto se casaría en veinte cinco días. Juro olvidarlo. En cambio, Roberto averiguo donde trabajaba, y durante veinte días le envió rosas. Comenzó con una y le agregaba una más cada día que pasaba hasta completar las veinte. En la primera recibió una tarjeta con un pedido:
Necesito que me des tu amor antes de veinte días o moriré de pena”.
Roberto
P/d.: No tires estás rosas podrás llevarlas a mi velatorio
.


En cada envío la tarjeta que lo acompañaba indicaba los días menos que quedaban:
“Faltan seis días para mi muerte: Vos sola podes detenerla.
Laura, sentía que él la observaba, así que cada día, recibía las rosas, salía a la puerta y las tiraba en la basura.
El día veintiuno recibió una caja negra, con una mariposa de alas negras clavadas en un tergopol y una tarjeta que decía: “Asesina”
El día veintidós le llenó el local de calas: “Necesito que sientas el olor de mi muerte”
El día veintitrés no recibió nada.
El veinticuatro un cadete le llevó una caja grande. Cuando la abrió halló un traje de novio.
Laura no quería que la engañara o la lastimara, algo dentro de ella le decía “no confíes en el”, por eso no se jugaba por su amor.
El día veinticinco pensaba que todo terminaría, pero cuando llegó al negocio ese día, lo halló frente a la puerta, vestido de sport, con una amplia sonrisa que le hacia brillar más la mirada. Laura caminó hacia él, como impulsada por una fuerza extraña. Cuando estuvo a su lado, lo abrazó y lo beso, el le respondió con pasión, luego la alejó y sacó de su bolsillo una cajita con dos alianzas.
Antes de que empezaran los cursos el siguiente año, ya estaban casados, y ella con síntomas de estar embarazada. Laura dejó sus estudios y Roberto empezó a trabajar en un importante estudio.
De a poco, y con gran esfuerzo Roberto hizo carrera, los contactos que Laura le brindaba por codearse con personas de la alta sociedad, gracias a su trabajo en la casa de antigüedades, fueron el impulso hacia su independencia.
En cinco años lograron tener un pasar acomodado, él era un arquitecto respetado y solicitado, Laura seguía en la casa de antigüedades y seguía especializándose en arte. Laura comenzaba a sentir la ausencia de su marido. El estaba prácticamente afuera todo el día, y cuando estaba en la casa se la pasaba jugando con Paula, su hija.
Laura sabía que Roberto la engañaba, pero cada noche regresaba a su lado, y eso la hacia sentir fuerte, la única mujer que era más importante que ella en la vida de él, era su hija y ella a veces sentía por ella rencor, recelo.
Cuando cumplieron diez años de matrimonio organizaron una cena, ese día se sintió realmente humillada, se dio cuenta de la mirada de compasión que algunos le prodigaban y comprendió que muchas de las mujeres que se le acercaban habían sido o eran, las amantes de su marido. Se la pasó atando cabos, viajes de él, coincidían con los viajes de una, las tardanzas de él, con la separación de otra. Ya no le creía nada, y vivía constantemente a la defensiva. El le había prometido una vida de amor que sólo duro un par de meses. Le pidió la separación, pero el se la negó, le pidió una nueva oportunidad y la llevó de viaje.
El idilio duró unos años. Después el volvió a distanciarse, ya no dormía en su cuarto, se la pasaba en el escritorio. Una noche bajó y oyó gemidos, abrió despacio la puerta y vio a su marido haciéndole el amor a la mejor amiga de su hija.
Cuando está imagen se le vino a la mente, Laura lloró, lloró con amargura. Luego se levantó de la silla, sacó los bolsos de la caja fuerte y salió. En la otra habitación Florencia dormía.


HALLAZGO (yapa de navidad)

La detective Peralta se disponía a salir para tomarle declaración a Roberto cuando un agente la interceptó.
-Detective, recibimos una llamada al 911, y cuando fuimos al lugar encontramos una mujer ahorcada. Estaba colgada en el ventilador de techo de su living.
- Agente, no puedo hacerme cargo de esto ahora, necesito tomar una declaración urgente.
-Creo que esto va interesarle. Mire estas fotos, la recuerda… a la tuvimos detenida ayer. Se llamaba Vanina Acosta.

sábado, 22 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 45

Laura cuando terminó el secundario comenzó sus estudios para la carrera de Arquitectura. Su familia no tenía un pasar adquisitivo demasiado holgado, así que antes de decidirse a estudiar esa carrera se embarcó en la búsqueda de un trabajo fuera del ámbito familiar que le permitiera costearla.
Toda su adolescencia había ayudado a su madre en el bar de la familia, así que tenía suficiente experiencia en la atención al público, sus estudios de dibujo y la experiencia que le había trasmitido su abuelo, un amante y un gran autodidacta de la pintura, le valieron para hallar un puesto como vendedora en una casa de antigüedades. También su manejo del italiano como si fuera se lengua materna y su fluido inglés, le jugaron a favor para que el dueño en poco tiempo la dejara como encargada del local.
Edmundo Bomplan era un gran conocedor del arte, enseguida tuvo buena química con Laura y decidió tomarla como discípula. Ella era una buena empleada, pero quería que supiera como él, distinguir una obra verdadera de una falsa, y poco a poco, Laura fue haciéndose una gran experta.
Trabajaba medio día en el local y por la tarde visitaba colecciones privadas o galerías donde pudiera adquirir material para el negocio. Bomplan no le exigía que cumpliera un horario, así que tenía posibilidades de trabajar y estudiar sin dificultad.
En su segundo año de la facultad se inscribió en un seminario sobre arquitectura medieval. Era un seminario nuevo, dictado por un alumno del último año especializado en ese tema. Le habían dado muy buenas referencias de él, así que decidió tomar el curso.
El primer día llegó tarde, y nunca pudo olvidarse de la mirada celeste y cristalina que la recorrió de arriba a bajo cuando pasó la puerta del aula y se deshizo en disculpas por su impuntualidad. Su profesor, Roberto Vallejos, la disculpó, pero ella sintió que durante la clase el no le había sacado los ojos de encima y ella no había podido levantar su mirada del cuaderno donde tomaba sus apuntes. Cuando terminó el horario y todos firmaron el presente, Vallejos los despidió de pie apoyado en su escritorio. Laura para salir tuvo que pasar delante de él, entonces Roberto la tomó del brazo, y le recomendó que no se perdiera el comienzo de la clase siguiente porque iba a traer imágenes para proyectar.
Cuando él la tocó, Laura, sintió un escalofrío en todo el cuerpo.
Recordó que durante la semana que hubo entre una clase y la siguiente se la pasó pensando en su profesor, en sus ojos maravillosos, en su pelo, en su voz. Para el siguiente encuentro se apuró tanto para no llegar tarde, que cuando entró al aula no había nadie todavía. Después fueron llegando uno o dos alumnos antes de que el profesor atravesara la puerta cargando el proyector, los libros, las imágenes y colgado del cuello su bolso de cuero.
Detrás de él venía una chica con la pantalla. Mientras acomodaban las cosas, Laura notó que estaban muy próximos, hasta le había parecido que en algún momento se habían rozado, como prodigándose un cariño. Otra compañera le había dicho que era su novia, y que también era alumna del último año de la carrera.
Una tarde, ella estaba en la parte de atrás de la tienda de antigüedades, cuando oyó la campanilla de la puerta indicando una visita. Le pidió a otra chica que atendiera. Por la conversación que tenían con la empleada, se dio cuenta que se trataba de una pareja que buscaba cosas para decorar su futura casa. La que hablaba, pedía y preguntaba era la chica, pero cuando hubo que negociar el precio oyó la voz del varón que la acompañaba y se le sobresaltó el corazón. Era la voz de Roberto. No se animó a espiar, dejó que siguieran con la compra, y cuando se fueron, salió y miro la factura, necesitaba corroborarlo: sí, la factura había sido hecha a nombre de Roberto Vallejos.
Desilusionada por la promesa de un amor que en realidad sólo estaba en su imaginación, se volcó cada vez más al estudio y al trabajo. Cuando Laura se convenció de que lo que sentía por Roberto era algo platónico no sintió más vergüenza de enfrentar su mirada, de tomar la palabra en clase, o de faltar si era necesario, o de llegar tarde.
Para el final del seminario debían escribir una monografía, cuando Roberto le devolvió a Laura la suya, le indicó que en la última página encontraría su nota y las correcciones. Cuando las leyó, descubrió que al final había puesto su teléfono y le decía: “Llamame, me volves loco”. Los rumores sobre su casamiento se habían hecho fuertes. Laura rompió la hoja y trató del olvidarse de él.
Pero olvidar a Roberto era imposible, él no dejaba que lo olviden.

PLANES CRUZADOS CAPITULO 44

Brenda se acercó despacio a Paula, se sentó en el piso, a su lado y le pasó uno de sus brazos por los hombros trayéndola levemente hacía si. No dijo palabra, sólo quería hacerle notar que estaba a su lado como siempre, porque sabía que cuando ella estuviera lista, hablaría.

Antes de que Laura le hablara, Jorge Ramírez había recibido un llamado muy extraño de Vanina Acosta. Le dijo que alguien la había estado amenazando por teléfono con contar a la policía sobre sus robos, y sobre su participación en el caso de Roberto Vallejos si ella no le decía quien estaba detrás de todo. Vanesa le pedía a Jorge que le rebelara quienes eran las personas que lo habían ayudado, y si estaba seguro de confiar en ellas. Le comentó que se iría un tiempo hasta que todo se calmara, y le pidió que se cuidara porque no había terminado todo todavía.
Jorge se quedó intranquilo, y su malestar se incrementó cuando supo que Roberto había despertado, así que terminó de arreglar los papales con el abogado que iba a demandarlo, y de dejar por escrito todo lo que sabía delante de un escribano, y salió hacia la casa de Vanina.
Su temor tenía una sensación conocida, se sentía igual que el día que Paula se descompuso en su casa y se alejó para siempre de él, sentía que estaba pediendo también a Vanina.

viernes, 21 de diciembre de 2007

PALABRAS DE LA ESCRITORA

Les pido disculpas a todos aquellos que ayer ingresaron al blog para leer la actualización. Tuve que dar un final y estuve dedicada al estudio.
Me fue muy bien.
Mañana (sábado), habrá dos posteos para compensar, con datos importantes de esta historia.
Gracias por seguir la novela.

lunes, 17 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 43

El abogado de la familia Vallejos, Alberto Robles llegó a la comisaría acompañado de uno de los mejores abogados penalistas del país, Vicente Ramos Córdoba. Ambos entraron a hablar con Paula, pero salieron desilusionados y de mal humor. Ella se había negado a decir palabra, y mientras estuvieron con ella, se había mostrado ida. Robles pensó en alegar locura temporaria y usar su historial clínico para pedir una fianza a cambio de someterla a pericias psiquiátricas. “Si no colabora con nosotros no vamos a poder ayudarla mucho, si se niega a hablar debemos tomar su silencio como una aceptación de la culpa, así que tenemos que trabajar con lo que tenemos: Ella tiene problemas psicológicos y su comportamiento actual nos corroboran que no está bien”, le dijo A Brenda mientras se disponía a llenar unas formalidades y se comprometía a tener noticias para esa misma tarde o la mañana siguiente a más tardar.

Brenda le comentó lo que había visto en la televisión, le pidió que se encargara de mantener a la prensa lejos de Paula y de que no usara ese caso para una publicidad personal como había hecho en otras oportunidades con otros clientes, porque Paula no estaba bien y no podría enfrentarse a las preguntas de nadie, su temor era que pudiera decir algo de lo que después pudiera arrepentirse. Robles y su colega le prometieron hace todo lo posible por sacarla de allí, y el primero le aclaró que Vallejos le pagaba más de lo necesario, que no necesitaba ninguna publicidad extra.
Cuando Laura la llamó a Brenda para contarle las últimas novedades, ésta estaba en un bar cercano ingiriendo algo de comida. Ni bien supo que Roberto había despertado, salió corriendo hacia la comisaría a buscar a la detective Peralta para que fuera hablar con él y así se aclarara todo con Paula.
La detective no estaba en esa dependencia policíaca, había regresado a su oficina en otra seccional, pero quedaron en avisarle. A Brenda no le importaba nada, no le preocupaba que Laura descubriera que había entrado en su casa y destruido el estudio de Roberto, y supiera sobre el romance con su esposo, ya no le inquietaba que Roberto la rechazara para siempre, lo único que realmente le importaba era la libertad de su amiga, de su hermana, que estuviera en paz.
A un policía le insistía una y otra vez para que le informara si la detective había ido a tomar declaración al hospital, a otro le rogaba que la dejara pasar a ver a Paula, aunque sea sólo un segundo. Un policía se dejó convencer por su insistencia y la cubrió para que entrara a la oficina en la que estaba demorada Paula.
Cuando abrió la puerta a simple vista no había nadie en esa habitación, se acercó a una mesa, la llamó, oyó un pequeño quejido, miro detrás de una silla y vio a Paula en el suelo, sentada abrazando con sus brazos sus piernas y con el rostro hundido en su pecho, sollozaba, y gemía como un perro.

viernes, 14 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 42

Florencia regresó al despacho de Laura. Su asistente ya le había dejado los dos cafés y los tostados en una mesa cercana a su escritorio. Laura la invitó a sentarse y a comer. “Nos espera una tarde larga, hay que reponer fuerzas”, le dijo, y le preguntó si se sentía mejor, porque le veía mejor semblante y si había tenido alguna noticia de su hermano. Florencia volvió a lagrimear, se secó con sus dedos las lágrimas, y le dijo que estaba algo mejor, pero que todavía no la había llamado.
Comieron en silencio. Florencia estudiaba los gestos de Laura, la delicadeza con la que tomaba la taza y el pan, la suavidad con la que su mano corría los cabellos que le caían sobre el rostro. Detenía su mirada en su boca en esos ojos… “esos ojo, esos ojos…, sí que es realmente hermosa, pensó, más hermosa de lo que le habían dicho, una mujer difícil de olvidar y de dejar”. Laura a su vez, se sentía observada, se mantenía junto a Florencia porque ella era su único contacto con los secuestradores, había algo en ella que no le gustaba, le parecía que no había sido del todo sincera. Trataba de mirarla sin que se diera cuenta, cómo tratando de llegar a lo que pensaba su mente. Cuando ambas miradas se cruzaban, las dos bajaban la vista, sin decir nada.
El silencio se cortó por el sonido del celular del bolso de Florencia.
Eran uno de los secuestradores, le preguntó si había conseguido el dinero. Cuando respondió afirmativamente, le indicó que la volvería a llamar a las siete y media de la tarde, que debía estar estacionada a esa hora, en la ruta 9 kilómetro 2, en una playa de estacionamiento de una estación de servicio, que de ahí él le indicaría a donde debía moverse para realizar la entrega del dinero. Florencia pidió hablar con su hermano, pero le cortó sin recibir respuesta.
Para la hora indicada faltaban tres horas, tres eternas horas. Florencia se apartó a otra sala y se recostó en un sillón abrazada al celular para poder oírlo si se quedaba dormida. Pronto los párpados comenzaron a pesarle y se dejó ganar por el sueño.
Laura primero llamó a Brenda para contarle las últimas novedades: la mejoría de Roberto, el llamado de los secuestradores y la hora fijada para la entrega del dinero. Después, fue hacia su escritorio, se inclinó en su sillón y empezó a recorrer con su mente cada momento que la había conducido hasta allí.

jueves, 13 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 41

Laura bajó del auto acompañada por Florencia y portando ella misma los bolsos con el dinero y las pinturas. Se dirigió directo a su despacho y guardo todo en la caja fuerte. Cuando su asistente la vio pasar la siguió y le dio el recado de la enfermera: Roberto había despertado.
Florencia se había demorado en una sala observando unas pinturas, había reconocido en ellas la firma de su hermano. Era una serie de desnudos. Se repetía en ellos la misma mujer, ésta aparecía de espaldas o de frente con un velo cubriéndole parte del rostro. Sus ojos tenían un brillo especial, le parecían conocidos. Se acercaba para mirarlos con más detenimiento cuando Laura la llamó.
La invitó a pasar y le indicó a su secretaria que le trajera dos cafés y algo para comer. Le dio la noticia a Florencia sobre Roberto y a ésta se le cayeron unas lágrimas. Laura lo notó, a pesar de que ella quiso disimular. La tranquilizó, le prometió que pase lo que pase, que aunque Roberto recuerde quién fue su atacante y Paula quede libre, ella iba a ayudar a Mariano, porque así lo quería su hija.
Florencia sentía una profunda tristeza invadiendo su pecho. Le pidió a Laura que le indicara dónde quedaba el baño.
Cuando Laura se quedó sola en su despacho, cerró la puerta y se cercioró de que no hubiera nadie cerca. Se sentó en su escritorio y llamó por teléfono a Ramírez.
Jorge estaba aún en el estudio del abogado. Laura le contó sobre la mejoría de su marido.
- Me alegro que ya esté mejor Roberto. Esto es una buena noticia para Paula, seguro va a poder quedar libre.
- Sí, estoy segura que Paula no tuvo nada que ver y Roberto va a poder demostrarlo, pero también te aviso porque sé lo que estás haciendo. Te enfrentas a un gigante.
- Ya lo sé.
- Yo creo que sos una buena persona Jorge, y que lo malo que pudiste hacer lo hiciste llevado por las circunstancias, sé lo que es vivir a la sombra de Roberto. Te pido que pase lo que pase, no digas nunca cómo conseguiste esa documentación, quien te facilito la entrada a la casa. No quiero saber si te ayudó alguien más, aunque lo imagino. Se más cosas de las que otros se imaginan.
-Esto no podía hacerlo solo, pero esa persona no sabe que fuiste vos quien me ayudo a conseguir todo, te doy mi palabra. Estas en el hospital o en la comisaría.
- En ninguno de esos lados, estoy en mi trabajo, necesito resolver unas cosas antes, ya te vas a enterar, ahora tenés que terminar lo que empezaste y concentrarte en eso. Te pido un último favor.
- Si, lo que quieras.
- Cuida de Paula.
- Yo a Paula la amo y es lo que quisiera, pero ella…, ella no sé si me va corresponder, y vos… por qué me decís eso… qué pasa Laura.
- Cuida a mi hija de su padre, necesito que no quede expuesta. Jorge, no me preguntes por qué, pero ella va necesitarte.
- Te lo prometo.
Laura cortó antes de que Jorge pudiera decir algo más.
Florencia, en el baño, intentaba usar su celular. No tenía buena señal, así que tuvo que salir a un jardín interno. Laura se levantó de su escritorio y caminó hacia una ventana, quería respirar un poco de aire fresco, cuando corrió la persiana vio a Florencia con el celular en la mano. No abrió el vidrio para no hacer ruido, se quedó detrás de él observándola. Florencia fruncía el seño mientras hablaba y después, antes de cortar sonrió a carcajadas, dejando ver su blanca dentadura.

lunes, 10 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 40

- Mariano, no seas idiota. Cómo vas a soltarte, es peligroso.
- Ya estoy harto de todo esto, no aguanto más Pedro.
- Sólo faltan unas pocas horas, ella se está jugando por vos, no arruines todo.
- ¿Todo está bien afuera?, tengo el presentimiento de que algo está pasando.
- Roberto sufrió un robo y está en el hospital, eso retrasó las cosas, pero todo va a estar bien. Pedí de entrar porque me imaginé que el cambio de lugar te habrá sobresaltado, y porque ella está preocupada. Ya me tengo que ir para que no haya sospechas.
- Esta bien. Si algo sale mal, ya sabes quien tiene que salir limpio de todo ésto.
Pedro ayudó a Marino a volver a ponerse las esposas, le guardo la llave en el pantalón y salió del lugar, apagó unas luces que dejaban ver más el lugar, entonces Mariano se quedó entre las penumbras deseando que el tiempo corriera más rápido para que llegara el momento de la liberación

En el hospital, la enfermera, siguiendo las instrucciones del médico de Roberto, había estado toda la mañana tratando de hallar a Laura, pero ésta tenía su celular apagado. Llamó a su casa y nadie respondió. Finalmente, le dejó un mensaje a una empleada del museo donde trabajaba para que se lo de si llagaba a pasar por allí.
Roberto estaba aún soñoliento por el calmante. Intentó incorporarse un poco en la cama, pero se sentía mareado, esperaba que entrara por la puerta algún rostro conocido.
La puerta se abrió y el que entró fue el doctor junto a la enfermera que entró a tomarle la fiebre.
- Señor Vallejos, cómo se siente- le tomó el pulso, oyó su corazón, le miró los ojos- creo que ya está mucho mejor.
- ¿Y mi esposa o mi hija?
- Señor- le dijo la enfermera- yo llamé a su esposa, pero tenía el celular apagado, le dejé un mensaje en su trabajo, seguro vendrá pronto.
Se quedaron todos en silencio, mientras la enfermera le sacaba el termómetro, se lo daba al doctor quién anotaba en una planilla. Después está le acomodó la almohada y le preguntó si necesitaban algo más. Ambos negaron con la cabeza, entonces la enfermera tomó sus cosas y salió.
- Gonzáles, necesito salir de acá cuanto antes.
- Roberto, sabes bien que ni mi padre ni yo te preguntamos nunca nada, ni te negamos algún favor, pero vos cada vez me pedís cosas más arriesgadas. Los calmantes que te di junto con los sedantes fueron de una dosis mayor de la recomendada, y no se van a salir de tu sangre rápidamente, necesitas quedarte un tiempo más así.
- Me siento débil y mareado, pero la herida no me duele, quisiera estar fuera para la noche.
- Es normal que te sientas así, la herida es superficial, te la vendé y di puntos para exagerar el parte y poder retenerte internado. Ayer me diste un susto con la reacción de tu corazón, por suerte no llego a ser un paro.Y lo de tu alta, lo intentaré. En la radio la enfermera oyó que dieron la noticia de tu ataque. No dijeron donde estabas internado, por suerte. Además hay una detective que quiere tomarte declaración.
- Lo de los medios puede servirnos, podes decirle a la detective que me mandaste a mi casa para que no me molestara los periodistas.
- Pero necesitamos que venga Laura, no te podes ir solo.
- Es raro que no éste acá.
- Ella quería trasladarte a un sanatorio, por suerte desistió y creo que a ella también la llevaron a la policía a llenar unos papeles. La última vez que la vi fue ayer a la noche,estaba hablando con tu socio y una detective la buscaba porque tenía novedades de tu caso.
- Así que vino Jorge… y pasó alguien más.
- Paula estuvo ayer y después no sabría decirte, creo que no.
- Esta bien, Paula debe de estar ahora ocupada, prepara todo para que salga esta noche, si no llega Laura, te voy a pedir que llames a alguien más.
Gonzáles salió y Roberto se quedó dibujando en su cabeza la trama de un plan que estaba por llegar a su final.

sábado, 8 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 39

Laura llamó a uno de los agentes de seguridad que solía acompañar a su marido a hacer los trámites por los bancos para que las acompañara y condujera el auto mientras retiraban el dinero. El automóvil estaba blindado, desde que Roberto había sufrido un atraco a la salida de su estudio había tomado la decisión de brindar sus autos. También había contratado seguridad privada para que lo condujera en la realización de sus trámites, y también para que la acompañara a Laura, especialmente para cuando estuviera en el museo y cuando tuviera que trasladar piezas de arte.
Roberto era tan precavido en materia de seguridad, decía que “le había costado mucho obtener lo que tenía para que un desgraciado se la arrebata en un segundo”. También su ambición, su popularidad y su creciente fortuna le habían prodigado varios enemigos. Por temor o por desconfianza, había sacado cuentas en diversos bancos, a nombre de Laura y Paula la mayoría, pero él era cotitular de todas, de manera que no pudieran hacer un gran retiro de alguna de ellas. Laura había convencido a Paula para que sacara una caja de seguridad a nombre de ambas, le había dado un sobre con dinero para que se lo guardara (del que Paula nunca supo cuánto era, ni se animó a abrirlo, le parecía que era algo privado de su madre y lo respetó). Sólo ellas dos sabían de esta caja, no le habían dicho nada a Roberto, por eso Laura le dejó las llaves a su hija, y cuando tenía que hacer un retiro o dejar algo le pedía que la acompañara. Hace dos meses atrás había guardado unas pinturas, las que iba a ir a retirar hoy.
Lo detallista y obsesivo de su marido con la seguridad le daba desconfianza con respecto a lo que la había pasado el sábado. Era incapaz de salir solo con alguien al que no conocía y menos hacerlo subir al auto. El que lo atacó debía ser un conocido, pero su hija no, su hija era imposible.
Florencia acompañó a Laura a retirar cien mil pesos de una de sus cuentas, lo máximo que le era permitido, sin autorización de Roberto. Después se dirigieron a otro banco y esta vez bajo sólo Laura, era para retirar dinero de la caja.
Cuando regresó, Florencia notó que traía dos bolsos, y que el dinero anterior lo había puesto en uno de ellos.
- Ya está. Sólo hay que esperar que llamen.
- Donde esperamos. Vamos a su casa- preguntó Florencia.
- No. Mejor al museo. Allí hay una caja fuerte, podemos dejar todo ahí hasta que llegue la hora.
Laura había apagado su celular. No quería interrupciones. Iba a prenderlo camino al museo, pero prefirió dejarlo así, cuando lo necesitara ella se comunicaría con el resto del mundo. Ahora tenía que pensar en ella, una vez en la vida sólo en ella.

martes, 4 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 38

Laura pidió las pertenencias de su hija a la policía. Revisó el bolso y en un bolsillo oculto encontró la llave de la caja. Ella se la habían sacado junto a Roberto cuando todavía era menor de edad, entonces tenía la autorización del banco para abrirla, pero cuando cumplió la mayoría de edad la hicieron cotitular y le dieron todas las copias de las llaves, pero por algún problema que sucediera, sus padres conservaban su titularidad.
Con la llave en su poder, Laura decidió ir al banco junto con Florencia, por si se volvían a comunicar con ella los secuestradores. Le pidió a Brenda que se quedara a esperar al abogado y para que esté cerca de Paula por si necesitaba algo.
Brenda se sirvió café en una máquina expendedora de la sala de espera, caminó en círculos por el lugar. Se detuvo frente a una oficina que tenía la puerta abierta, allí había un televisor que estaba en un canal policial. En un flash informativo daban noticia del ataque perpetuado a un arquitecto muy reconocido de la ciudad, y la sospecha sobre la autoría de su hija. Se quedó a oír si decían la comisaría donde estaba detenida Paula, pero no dieron más detalles. Esta noticias vista en la televisión la puso más nerviosa, seguramente un policía dio la información a los medios, pronto podrían caer los periodistas en la comisaría como en el hospital, Roberto era un hombre de gran renombre y con importante contactos políticos y sociales. Brenda se puso nerviosa porque tenía que preservar a Paula, ella era frágil, inestable, se podía dejar llevar por la presión y no salir más de este laberinto en el que ella misma había decidido ingresar.
Jorge Ramírez había llevado todos los papeles a un abogado de su máxima confianza y que desde hace tiempo había querido tener pruebas contra Vallejos y otros poderosos corruptos.
Mariano, intranquilo, sentía cómo iba pasando el tiempo. Las sombras y luces del galpón
donde estaban se modificaban indicando el paso de las horas. Hacia mucho que no oía ruidos cercanos. Se palpo la ropa, y halló lo que esperaba, “no dejó nada librado al azar”, dijo para sí. Abrió las esposas, comenzó a tocarse la muñeca, “esto era por de lo que pensaba”, pensó. Quería salir a espira, cuando oyó una puerta que se abría, no llegó a volverse a poner las esposas cuando alguien estuvo frente a él.
- ¿Vos?- exclamó.

sábado, 1 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 37

Paula tenia la cabeza llena de voces, de imágenes que se sucedían, y se superponían. Los ojos de terror de su padre cuando fue a verlo al hospital se le clavaron en el corazón, Su dificultad por resolver los episodios traumáticos de su vida la han llevado a pensar que las cosas no son tal como las ve, que a veces pueden ser distintas. Lo que creía seguro, era algo quebradizo y lo frágil resultaba más fuerte de lo pensado.
La habían conducido no aun calabozo, sino a una oficina vacía en el fondo de la comisaría. Esta sentada cuando vio entrar a su madre y se lleno de emoción., se levanto, corrió hacia ella y la abrazo.
_¿Qué hiciste Paula? ¿Por qué mentiste?
- No quiero hablar de eso mamá. Sólo necesito que te quedes un rato conmigo, necesito saber que puedo contar con vos, sentirme querida.
-Vení, sentemos acá.- Laura la tomo de la mano y la condujo hacia las sillas- sé que vos no pudiste hacerlo, y no sé que es lo que te lleva a cargar con la culpa, pero yo te quiero fuera de esto, y si vos no declaras a tu favor, y como la policía ya te ha creído culpable, lo único que te puede salvar es una declaración de Mariano.
- Y él que tiene que ver con esto.
-El estuvo con vos la noche del sábado y la madrugada del domingo.
-No estoy segura de eso.
- Bueno él es el único que nos puede aclarar todo. El no está desaparecido, está secuestrado, algo le pasó también ese día, y creo que puede ser que vos algo sepas, pero hoy no recordas. La policía no sabe nada, pero ya se comunicaron con la hermana los secuestradores.
- Y que le dijeron.
- Pidieron por su libertad una cifra muy elevada. Su familia no la tiene, yo me ofrecí a cubrir una parte, pero sin tu padre bien no es mucho. Necesitaría que me des la llave de tu caja del banco para sacar el resto del dinero y las pinturas con eso creo que lo cubriremos y Mariano quedara libre.
- Si, yo te doy la llave, no tengo problema, quisiera ayudar, no sé si también soy culpable de eso. Mariano no tiene mucho dinero, ni su familia, viven bien, pero tal vez se confundieron. Te la doy para que Mariano quede libre, no yo. Yo estoy bien. Acá estoy bien, no le hago mal a nadie.
-No hace falta que te hagas esto, Paula
- Una copia de la llave está en mi bolso. La debe tener la policía, el viernes fui al banco y retire algo, creo que no la saque de mi bolso… sino, hay una en la mesa de luz de mi departamento.
- Alguien golpeó la puerta. Era la señal que debía dejar la oficina.
Laura se levanto, le dio un beso en la mejilla y caminó hacia la puerta. Paula volvió a llamarla:
- Mamá
- Si-, dijo Laura sin volverse.
- Te perdono.
Entonces su madre salio de la sala sin pronunciar palabra.

jueves, 29 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 36

Mientras Brenda llamaba a Ramírez para recriminarle por qué había declarado a favor de Vanina Acosta y terminaba aceptando que lo que él decía, era verdad, Laura le pedía al abogado de la familia que viniera a resolver la situación de Paula con el mejor penalista de la ciudad, si era necesario, y después le había pedido encarecidamente a la detective Peralta que la dejara ver a su hija.
La detective, finalmente, le dice que va a ser lo posible para que pueda pasar a verla unos minutos.
- Laura, acabo de llamar a Jorge y me confirmó su confesión, creo que fue sincero- le dijo Brenda a la madre de Paula.
- Si, no desconfió de su declaración, seguro dijo la verdad, desconfió de la declaración que pudo haber hecho Paula.
-No estarás pensando que Paula realmente pudo hacerle algo malo a Roberto.
- Paula tiene una personalidad inestable…, pero qué digo, no, no pudo hacerlo. Necesitamos encontrar a Mariano, es el único que puede decirnos la verdad sobre mi hija.
Florencia se había mantenido distante a la escena vivida por Laura y Brenda. El teléfono de Mariano volvió a sonar, el número era desconocido, atendió enseguida porque sabia que se trataba de algo relacionado con su hermano
“Le dije que no mezclara a la policía. Ahora queremos un millón para esta noche. El próximo llamado será para fijar el lugar de encuentro”.
Antes que Florencia pudiera decir algo cortaron. Laura la vio palidecer y se le acercó y le pregunto si había tenido alguna noticia y ella le contó de las nuevas exigencias de los secuestradores y de su imposibilidad de conseguir esa suma
- Con Roberto en el hospital me es imposible a mí también conseguir ese dinero, con lo que tengo en mi cuenta no alcanza, necesitaría de Paula, ella tiene efectivo en una caja y pinturas con las que podríamos llegar a cubrir esa cantidad. O tal vez podamos negociar…
- No creo que sea posible, cuando quise decir algo el que me habla corta sin decir más. Laura, usted seria capaz de pagar el rescate de mi hermano.
- Él es el único que puede desmentir la versión de Paula y quien puede ayudarnos a despejar nuestras dudas y las de la policía, por mi hija soy capaz de eso y mucho más.
- Tendríamos que movernos pronto, ya es media mañana y los bancos cierran a las tres.
- Paula es la única que puede autorizarme a abrir su caja, y es quien sabe donde está su llave. Tengo que entrar a hablar con ella.
Un policía se acerco a Florencia para tomarle declaración por los cargos que pidió levantar contra Paula sobre lecciones que le había producido, ya que la había agredido y sobre un presunto secuestro de su hermano. Florencia se había olvidado del golpe que se había dado en la casa de Paula cuando esta la empujó, se tocó la cabeza y notó que tenía un chichón y algo de sangre seca. No quiso ir al hospital, tenía miedo de perder el contacto con la familia de Paula, y en el fondo ella tenía una misión más grande. Entonces, Florencia se negó a levantar cargos contra Paula y desmintió la desaparición de Mariano, adujo que se trataba de un error, de una broma de él, que le había hecho creer que había desaparecido, pero que recién la había llamado para contarle que estaba en una estancia de un amigo, que andaba mal las comunicaciones y que después volvería a llamar. Le preguntó el lugar y el número, pero indico que no sabía, que no había llegado a poder decírselo
Detective llama a la madre de Paula y le comunica que puede pasar a hablar con Paula.

lunes, 26 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 35

En el hospital, una enfermera ingresa al cuarto de Roberto para cambiarle el suero e inyectar su medicación.
Mientras estaba haciéndolo, ve cómo el paciente comienza a abrir los ojos. Llama al medico de inmediato. El doctor le examina las pupilas y comprueba su mejoría. Roberto intenta decir algo.
-No se esfuerce señor Vallejos, necesita recuperar fuerzas. Esta mañana está mucho mejor, es una buena señal que haya recobrado el conocimiento.
-¿Mi… esposa?
-Enseguida la llamaremos, aunque debe de estar por venir. Usted descanse.

Los profesionales salieron de la habitación, el médico le indicó a la enfermera que trate de comunicarse con la señora Vallejos para que supiera de la reacción de su esposo. La enfermera le menciona que la detective Peralta había dado la orden de que le avisaran ni bien el paciente se despertara.
- Por ahora no demos el aviso. Antes de que le tomen declaración quiero que se recupere bien, porque puede tener una recaída.
- Como usted diga doctor.
- No se preocupe, yo me hago cargo de esta decisión. Avíseme cualquier otro cambio.

Roberto hacia fuerza para mantener los ojos abiertos. Intentó girar la cabeza, pudo hacerlo despacio, se detenía para mirar cada cosa en su habitación. Frente a su cama había una mesa con un florero con algunas margaritas. Reconoció en el color violáceo de las mismas, las del color que hay en el jardín de su casa. Sintió una emoción profunda en su corazón, y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. No podía mover con facilidad sus brazos. No pudo limpiarlas antes de que llegaran a su boca y sintiera la sal.
Quería recordar las horas del sábado a la noche. El rostro de Paula, de esposa y de Brenda se mezclaba entre sus recuerdos. Veía a Julio Thomson hablando sobre un complejo hotelero en la costa uruguaya, a dos mujeres tomando algo en una mesa cercana. Una de ellas, de cabellos rubios, se les acercó y Julio Thomson se alejó con ella a un costado del bar. Recuerda también sus palabras de despedida, y pudo ver el momento en que él sale del bar abrazado a la mujer. Era común que sus clientes al ir a ese bar se fueran acompañados cuando venían solos. Ël en cambio prefería quedarse un rato en solitario, bebiendo algo lentamente. Pero esa noche, había algo en esa mujer, que también había quedado sola y ahora estaba apoyada en la barra, que lo atraía. Le hizo una indicación al mozo, escribió algo en un papel y se lo dio. El mozo un rato después le acercó a esa mujer una botella de zampan con la nota de Roberto.
Se levanto y se acercó hacia ella. A medida que caminaba la sonrisa de su cara iba desapareciendo

Los efectos de los calmantes comenzaron a hacerle efecto y pronto volvió a quedarse dormido. En su rostro se reflejaba el dolor de haber recordado quien fue su atacante.

sábado, 24 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 34

En la noche del domingo, cuando Jorge Ramírez dejó a Laura en el estacionamiento del hospital, después de haber ido a la comisaría, vio llegar a Brenda y se quedó estacionado en las sombras. Al verla salir, se acercó a ella y la sorprendió por atrás. Quería presionarla para que siguiera con lo planeado y no se dejara llevar por sus sentimientos por Roberto.
Brenda fue a la casa de Roberto, Jorge la siguió, pero en el camino recibió una llamada de Vanina Acosta. Ella era la prostituta considerada la culpable del ataque de Roberto.
- Jorge, sabes que confío plenamente en vos. No sé lo que hacías hoy acá en la comisaría, ni por qué estabas con esa mujer, pero necesito que me saques. Esto no me dijiste que iba a pasar.
-Quédate tranquila, vos pasaste la noche conmigo. Yo te voy a salir de testigo.
- Pero… qué paso. Quién atacó a Roberto.
- No sé. Te juro que no sé. No estarás pensando que fui yo.
- Mmmm
- Yo no quiero que se muera y no pague, quiero que pague lo que me hizo, quiero verlo muerto, pero en vida.
Cortó y se dirigió a la comisaría donde habló con la detective Peralta y declaró que había pasado la noche con Vanina Acosta, que tenía una relación con ella más de amigo que de cliente, que no lo había manifestado delante de Laura Vallejos porque le daba vergüenza y pena.
Peralta lo entendió, y tomo muy en serio su declaración; el dueño del bar donde habían tomado algo también declaró que a la hora que presumiblemente fue el ataque, ambos habían estado en su local bebiendo.
Jorge al enterarse que esa misma mañana Acosta quedaría libre, volvió con su auto detrás de Brenda y se dirigió a la casa de los Vallejos; dudaba que estuviera allí, pero al ver las luces encendidas de la casa y el auto de ella cerca comprobó que allí estaba. Después de todo se había animado a seguir adelante.
No sabe cuanto tiempo estuve allí esperando, porque se durmió, y se despertó de repente cuando oyó uno pasos que se dirigían hacia él; era Brenda que traía los documentos esperados. Se los tiró y él sintió la felicidad del soldado que ha ganado su peor batalla.

…..

Esa mañana, Jorge seguía en su casa sumergido en sus recuerdos y en sus pensamientos. Tenía las pruebas en sus manos para hundir a Roberto, pero necesitaba que todo saliera bien, no tenia que quedar nada librado al azar. Lo que él no sabía, era que la persona que amaba estaba presa por su declaración.
Sonó su celular. No quiso atender. Sonó su teléfono de línea y la insistencia lo llevo a acceder a atenderlo.
- Jorge, te odio… por tu culpa Paula está presa.
-Qué decís Brenda
- Que está presa. Vos declaraste a favor de esa puta y ahora Paula quedo presa.
-Pero no entiendo, que pruebas hay en su contra.
-Ella se declaro culpable, pero creo que lo hizo presionada.
-Por quién, yo no tengo anda que ver en esto. Sabes mejor que nadie lo que siento por Paula, pero no mentí, estuve con Vanina, y lo sabes.
- Ya no sé nada, no sé cómo me deje llevar por tus palabras.
- Roberto nos condujo a esto, el es el único culpable de todas nuestras desgracias.
Brenda cortó y Jorge se tiro en el sofá a llorar como un chico.

viernes, 23 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 33

- ¿Ya se comunicaron con vos los secuestradores? ¿Qué quieren de Paula?- le preguntó Brenda a Florencia.
- Quieren hablar con ella. Siempre quisieron comunicarse con ella. Y esta vez, le pusieron un precio al rescate.
-¿Cuánto quieren?
-Ochocientos mil para esta noche.
- ¿Pero… vos tenes esa cifra? ¿Te la pueden facilitar tus padres?
- Yo no dispongo de tanto dinero en el banco y mis padres tampoco. Mi mamá sufrió una descomposición por la diabetes hace unos quince días, así que preferiría mantenerlos al margen de esto el mayor tiempo posible.
- Si, recuerdo lo delicada que era tu madre.
-Paula debe contar con ese dinero, por eso quieren negociar con ella. Tal vez, Brenda, no te importe lo que le pase a Mariano, pero por la amistad que siempre nos tuvimos te pido que me ayudes.
- No te preocupes, ya llamé a la madre de Paula, ella la sacará de acá y podremos salvar a tu hermano.

Laura llegó a la comisaría lo más rápido que pudo. Vio enseguida a Brenda y se dirigió directo a ella.
- Brenda, qué pasó con Paula. Por qué terminaron acá.
-Laura, ni yo sé cómo terminamos en esto.
- Dime que lo que puedas.
- Paula estaba buscando a Mariano, ella salió con él el sábado a la noche y el domingo despertó sin saber qué había hecho.
- Pensé que sus episodios de amnesia habían terminado.
- Yo también, pero parece que no. Bueno, fue a buscarlo a su casa y se encontró con su hermana, es ella, Florencia – dijo Brenda señalándola- para hacerla corta, Laura, volvieron al departamento de Paula porque tuvieron una pista de que podía estar ahí Mariano, cayó la policía y la trajeron acá. La interrogaron por la desaparición de Mariano y no sabemos por qué pero se declaró culpable del ataque de Roberto y la dejaron demorada.
- ¿Paula se declaró culpable del ataque de su padre? No puedo creerlo, es uno de sus delirios, si yo ayer a la noche fui a otra comisaría a declarar porque encontraron pruebas en la casa de una mujer de que había estado y atacado a Roberto. ¿Quién le tomó declaración?
-La detective Peralta.
- La conozco. Y cómo llegó la policía al departamento de Paula.
- Yo soy la culpable.- dijo Florencia con lágrimas en los ojos- Pensé que ella tenía algo que ver con la desaparición de mi hermano. Fue la última en verlo, y después recibí esa foto… perdón, perdón…
- Deberíamos encontrar a Mariano para que puedan liberar a Paula., él debe saber.
- Mariano fue secuestrado.

Laura no se demostró sobresaltada con la noticia, pero en sus ojos se reflejaba una preocupación interior.
Tal vez era el cansancio, o la incertidumbre, o la falta de comida, hacia horas que no probaba un bocado, pero de pronto se sintió mareada y necesito sentarse., caminó hacia un banco y se dejó caer en el. Brenda corrió hacia ella. Laura la tomó de la mano y le hizo un gesto para que bajara la cabeza, le quería hablar al oído.
- Brenda, siempre fuiste una buena amiga de la familia, por eso te pido tu mayor lealtad hacia nosotros. Estoy segura que vos no nos harías a ninguno de nosotros algún daño. Sé que no he sido la mejor madre, o la mejor amiga posible, pero te necesito. No confío en esa chica, Florencia. Algo me huele mal. Quiero a mi hija libre. Y vos me vas a decir cómo puedo lograrlo.
A Brenda se la hacia un nudo en la garganta. Esa mujer le pedía lealtad, le hablaba de no traicionarlos, y ella no había hecho más que traicionarlos siempre. Laura no había sido demasiado amable con ella, pero la incluida en todos los viajes y planes de su familia, y ella le había respondido acostándose con su esposo. Años de traición y ocultamiento; y esa noche había traicionado a todos nuevamente cuando tomó unos papeles que iba a dejar el prestigio de la familia por el suelo. Y antes, sabiendo el amor que Paula le había tenido a Jorge Ramírez, le había aconsejado alejarse de él, para después tener una aventura con él. Brenda, la mejor, la fiel e incondicional no era más que una traidora. Tal vez era hora de empezar a redimirse un poco, pensó.
No pudo tener una actitud cariñosa con Laura sólo le dijo, “ Paula es inocente, lo sé, y lo probaremos, no te preocupes”.


La detective Peralta se acercó a Laura cuando la reconoció.
- Lo siento señora Vallejos, ya le informaron sobre su hija.
- Si, y no puedo creerlo. Usted me había dicho que ya tenía a la culpable, las pruebas lo demostraban.
- Las pruebas si, pero ella se declaro inocente, y tenía una coartada. Estuvo toda la noche con un hombre que ya se acercó a declarar y corroboró lo que la señorita había manifestado.
- Pero mi hija….
- Su hija se declaró culpable, aunque todavía no pudo darnos el motivo.
-Quiero hablar con la mujer que estuvo con Roberto.
-Eso creíamos, pero no. Ya di la orden para que la liberen.
- Se equivoca, a ha dejado en libertad a la verdadera culpable- le gritó Laura a la detective.
- Señora Vallejos, ya le dije que declaro la persona que pasó toda la noche con ella
- Y quién es… ese hombre miente.- seguía gritando Laura.
- No se enoje conmigo, mejor piense en un buen abogado para su hija, el intento de asesinato de un padre lleva varios años de prisión.
-¿Quién es ese hombre?- volvió a repetir Paula
- No puedo darle esa información.
- Por favor- dijo casi sin fuerzas.
- Mire. Usted lo conoce, fue con él a la comisaría, No se animo a decir nada delante de usted por respeto, porque se trataba de admitir que había estado con una prostituta.
Laura la miró a Brenda asombrada, “Ramírez”, “Ramírez es el culpable de que mi hija esté en la cárcel”.

martes, 20 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 32

-Paula. No digas nada. Sólo escuchame.
-¿Mariano?
- Flopy, qué estás haciendo. Necesito hablar con Paula.
- Paula no puede atenderte esta detenida. ¿Hola?... ¿Hola?... ¿Hola..., Mariano?
Colgaron del otro lado de la línea. Florencia quedó pálida. Brenda al verla se dio cuenta que algo pasaba, prefirió decirle algo a la detective Peralta para distraerla. La detective las dejó un momento para continuar con una rutina de papelerío y les indicó que no se vayan del lugar.
Florencia se quedó alejada. Estaba buscando el número de la última llamada, pero estaba bloqueado. Entonces, volvió a entrar otra llamada. Se apresuró a atender.
-Mariano, por favor, háblame.
-Mariano no puede hablarle. Si quiere volver a verlo vivo tiene que conseguir para esta noche ochocientos mil pesos.


….



Laura tomó el camino más rápido para volver al centro. Estaba por llegar al hospital cuando comenzó a sonar su teléfono. Paró el auto y atendió. Era Brenda. La llamaba para avisarle lo que le había pasado a Paula. Corto, apretó el acelerador, cruzó de carril y se dirigió hacia la comisaría.


….

Brenda se acercó a Florencia, sabía que algo había pasado con esa llamada.
- Necesito hablar con Paula ya, y vos me tenes que ayudar.
- Qué pasó Flopy. Yo te ayudo si vos me explicas de una vez qué está pasando. Quien te llamó, vi como te cambio la cara.
- Mariano está secuestrado, y sólo Paula puede ayudarlo.

sábado, 17 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 31

Ramírez se dirigió con los documentos que le dio Brenda a su casa. Cuando llegó los dejó sobre la mesa del living y antes de empezar a leerlos se sirvió un whisky.
Estaba separando las hojas, cuando descubrió que entre ellas había traspapelada una foto de Paula. La tomo con ambas manos y se echo en el sofá. Se quedó con la mirada perdida en ella, la recorrió con los ojos y la acarició con sus dedos. Su mente regresó en el tiempo.
Recordó una conversación que tuvo con Roberto.
- Robert, necesito hablarte
- Si. ¿pasó algo?
- Es sobre Paula. Tengo que ser sincero con vos porque te respeto mucho.
- ¿Qué pasa con Paula?
- Estoy enamorado de ella, y sé que ella también de mí, me lo demostró el otro día en su cumpleaños. Yo quiero iniciar una relación seria con ella y quisiera tu apoyo.
-¿Es broma?…
-No. Nunca hable más enserio.
- Mira Jorge, yo te conozco bien y sé que sos muy mujeriego. No quiero ver a mi hija llorando por tu culpa .ni quiero que la tomes como un capricho más.
- Yo jamás le haría daño a tu hija. Lo que siento es verdadero, nunca antes me había pasado algo así por alguien. Pensa que es igual a lo que vos sentís por Laura.
- Nada es igual a lo que yo siento por mi mujer.
- Confía en mi… soy tu socio.
- No nos estamos comprendiendo. Jorge, te elegí como socio porque creo que sos un excelente arquitecto, y te he presentado a mi familia porque te he llegado apreciar en este tiempo, pero de ahí a que vayas a formar parte de ella o que te entregue a mi hija es otra cosa. Vos nunca vas a estar a la altura de ella.
- Eso podrías dejar que lo juzgue ella…
Roberto tomó a Jorge del cuello de la camisa y lo empujo contra la pared.
- Seguís sin entender. No te quiero cerca de mi hija. No te atrevas a salir con ella., o esto se termina acá.
Lo soltó, y Jorge tratando de acomodarse la ropa le dijo:
- No pensé que ibas a reaccionar así, pero si ser socio tuyo es un impedimento para estar con ella, esta sociedad se termina acá mismo.
-Vos no me podes dejar, tenemos muchos negocios en marcha que hay que terminar.
- No me importan, terminalos vos… ¿o es que no podes?… Claro, si últimamente estuviste trabajando con mis diseños, y sé que algunos los firmaste como tuyos, pero yo no he hecho, ni dicho nada al respecto para no perjudicarte. y tampoco he dicho algo sobre tu forma sucia de conseguir los contratos para obras públicas.
-Las obras las estás dirigiendo vos en persona y tu firma esta en muchos documentos, si hablas vos vas a quedar más pegado que yo.
- No me importa, me voy.
Roberto fuera de si le gritó
- Si te vas, no vas a volver a trabajar nunca más en esta ciudad. Te lo juro.
- ¡Hijo de puta!- mascullo Ramírez mientras se volvía servir otro trago.
Jugaba con el va so y el hielo y recordaba los día en esa casa tratando de convencer a sus clientes de seguir con él. Nadie le creía que los dibujos de sus casas, edificios o torres eran de él y no de Roberto, él había hecho bien su trabajo y los había convencido de lo contrario.
Una noche, cuando todo parecía perdido llamó a su puerta Paula. Llevaba puesto el vestido rojo que él le había obsequiado para su cumpleaños.
Estaba hermosa, con una luz radiante en sus ojos. Allí, en ese mismo sofá le había robado los más bellos besos y ella, tímida primero y descontrolada después le había dicho que lo amaba y se había entregado por completo a él.
Después, en un segundo todo cambio, ella se descompuso, no quiso volver a verlo más y su amiga se había cerciorado de que así fuera. Tuvo que rogarle a Roberto que lo dejara seguir con la sociedad, no podía irse de la ciudad, ni seguir allí sin trabajar de su profesión, era su vida. Roberto lo aceptó y siguió usándolo para los negocios turbios y sus diseños como propios para seguir conquistando clientes, y Jorge aprendió de Vallejos la frialdad y la forma de mostrarse como cordero siendo un lobo.
Juro que se vengaría… Y ahí estaba, frente a él la carta de triunfo que lo haría vencedor, que le permitirá liberarse de la opresión de Roberto.
Jorge sabia que con esa revelación perdería prestigio, pero prefería perderlo todo si podía verlo caer a Roberto.

jueves, 15 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 30

Florencia y Brenda le hablaban a la vez a la detective Peralta.
- Momento, momento… hablen de a una a la vez o no respondo ninguna pregunta. ¿Alguna de ustedes es familiar?
- No – dijo Brenda, y aclaró- Pero es como si lo fuera, soy la mejor amiga de Paula y soy amiga de la familia Vallejos desde hace más de quince años. Ella – señalando a Florencia- está acá por otra cosa, por la desaparición de su hermano, pero Paula no tiene nada que ver con esto.
-Bien. La señorita Paula no fue interrogada todavía sobre el presunto secuestro de Mariano Ibáñez. Yo sigo en otra jurisdicción el caso del ataque del señor Vallejos y vine a interrogarla sobre eso, porque hay testigos que la vieron a la señorita por la zona en que fue efectuado el ataque.
- Es su hija, es razonable que los hayan visto juntos.
- Si, pero ella admitió haberlo atacado. Como hay otra persona detenida por la misma causa, necesito analizar bien su declaración., pero por ahora va a quedar demorada.
- Detective, lo que pudo haber dicho Paula ahí adentro es mentira. Ella no está bien, ha pasado por horas de tensión, no puede manejar bien sus emociones y sus recuerdos. Ella sufre de periodos de amnesia. Me confesó que no puede recordar lo que pasó en la madrugada del domingo. Cree haber estado con Mariano, pero no está segura.
- Bueno, ahora parece que recordó lo que pasó.
La detective hizo un ademán para alejarse, pero Brenda la retuvo.
- Espere, por favor. Esto no tiene ni pies ni cabeza. Por qué Paula habría querido atacar a su padre. Lo ama, y él a ella. ¿Puedo hablar con ella?. Además tiene derecho a un abogado. No puede demorarla así por que sí.
- A su amiga le dije sus derechos y ella decidió declarar sin llamar a su abogado. Podía haberlo hecho antes y la llamó a usted. Ahora no puede hablar con ella. Hay que esperar. En su departamento se encontraron rastros de sangre los cuales van a ser analizados.

- Yo me voy- dijo Florencia y empezó a caminar hacia la puerta.

- Espere señorita Ibáñez- le pidió la detective- necesitamos su declaración por el caso de su hermano. La policía me informó que tenia fotos y usted no las entregó ni el celular en el que las recibió. Necesitamos todas las pistas posibles para empezar a buscarlo. ¿Se volvieron a comunicar con usted? ¿Pidieron rescate?

- Tal vez todo sea una equivocación. Mi hermano es medio bromista, creo que es un juego de su parte. Yo pensé que Paula sabía, pero ahora veo que no. Me equivoqué. No quiero hacer ninguna denuncia.

- No puede irse así. No crea que su hermano está más en peligro por informarnos. Nosotros somos los únicos que podemos ayudarlo.

Cuando la detective terminó de decir esto, el celular de Florencia comenzó a sonar. Pidió disculpas y se retiró a hablar a solas. Del otro lado de la línea oyó la voz de su hermano.

lunes, 12 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 29

Laura, después de hacer la llamada en el bar, fue a su auto y se quedó dormida en el asiento. Se despertó cuando un policía le golpeó el vidrio de la ventanilla y le hizo una indicación de que no podía estar ahí estacionada.
Algo nerviosa, se acomodo en el asiento, se arreglo un poco el pelo que le caía sobre la cara y arranco. Hizo dos cuadras y paro en una esquina. Miro dentro de su bolso, a su celular, para ver si tenía una llamada perdida, pero no había nada.
Arranco y tuvo que frenar de golpe porque un auto le cubrió el paso.
Dos hombres bajaron. Uno camino hacia el lado del asiento del acompañante y otro hacia ella, quien cuando estuvo frente a su ventanilla le mostró un arma que tenía entre su ropa y le indicó que sacara la traba de la otra puerta. Laura lo hizo y el hombre entró y se sentó a su lado.
- Laura… Laura…, no pensé que iba a volver a verte – le dijo con un tono sarcástico- ¿Qué está pasando mi amor?
-Eso tengo que decirte yo, qué les pasa- increpó Laura.
- ¡Silencio!….- le indicó el hombre cerrando con sus dedos los labios de Laura- Silencio- volvió a decirle- mientras se le acercaba más.- Si que eres bella… el tiempo no ha pasado para vos, espero que Roberto haya sabido valorar esta belleza.
- ¡Basta Pedro! ¡basta!, me enfermas cuando te pones así.
- Bueno, bueno, cuidado con el tonito…sólo quiero saber qué esta pasando. Cuando vamos a tener lo que nos pertenece.
- Hoy van a tener todo. Paso algo que me retrasó, ustedes sigan todo como acordamos.
- Esta bien.- asintió Pedro e hizo u ademán para bajarse del auto.
- Espera,- le pidió Laura tomándolo del brazo- necesito verlo.
- Eso por ahora no es posible, cuando tengas nuevas novedades nos comunicaremos con vos
-No. Mejor yo los llamo. Nos es seguro.
Pedro volteó nuevamente hacia Laura y se acercó a su oído para decirle:
- Espero no te equivoques mi vida, esto no es uno de tus juegos, si algo sale mal estamos todos muertos.


…..

-Vos conoces a Paula- le preguntó Brenda a Florencia
-La conocí hoy, es amiga o novia de mi hermano ¿Vos SOS la amiga a la que ella llamó?
- Si. Entonces, Mariano es tu hermano. Cuando Paula me dijo el apellido de Mariano ni imaginé que era tu hermano. Pero, no entiendo, por que están acá, qué paso.
- Paula vino esta noche a la casa de mi hermano buscándolo, allí estaba yo esperándolo también. Me contó lo que paso ayer domingo, que no recordaba que le había pasado a la noche, que le había pasado a mi hermano. El salió con la camioneta de mi papá, entonces pedí que la rastrearan con el GPS, yo tengo autorización de él para pedir este tipo de servicios a la compañía, y me dieron la dirección donde estaba ubicada y era el garaje del departamento de Paula. Fuimos allí y no lo encontramos
-Y…
-Y llegó la policía. Yo estaba en el piso inconsciente porque ella me golpeó cuando le pregunté por Mariano La policía revisó el departamento y encontró una toalla con sangre. La culpan del secuestro de mi hermano.
-Del secuestro de tu hermano, pero que es esa locura... como apareció la policía allá.
-No sé, no sé…
- Necesito hablar con la detective que la estaba interrogando, esto es una locura, una toalla de sangre no es prueba para dejarla detenida. Y tu hermano… necesitamos encontrarlo.
La detective Peralta se dirigió hacia ellas
-Detective… - se adelantó a decir Brenda mientras daba la mano para saludarla
-Peralta, y usted es…
-Brenda, una miaga de Paula Vallejos, porque quedo detenida, no creo que haya pruebas suficientes para culparla de la desaparición de Mariano Ibañez.
La señorita Vallejos quedo detenida porque se declaro culpable del intento de asesinato de su padre.

sábado, 10 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 28

Hicieron pasar a Paula a una oficina. Allí no había más que una mesa, dos sillas enfrentadas y un dispenser de agua. Estaba sumamente nerviosa; se sirvió un vaso de agua porque tenia seca la garganta. No sabía qué le esperaba, y menos aún qué iba a decir si le preguntaban sobre Mariano, todavía le era imposible recordar qué había pasado la noche del sábado con él, y con la confección de Florencia se sentía más atada. No podía exponerla a ella y ni a su hijo a un peligro que aún no sabia su dimensión.
No pudo pensar mucho, enseguida entró la detective Peralta.

Florencia se quedo sentada en uno de los pasillos cercano a la entrada. Desde ahí podía ver la oficina donde la habían trasladado a Paula.
Cuando Brenda entró miro para todos lados. Al agente de la recepción le preguntó por Paula Vallejos, pero no supieron informarle. Entonces camino hacia el pasillo, pasó junto a Florencia, camino hacia el final del pasillo, después de preguntarle a otro policía, quien tampoco le comunico nada, se volvió sobre sus pasos. Cuando Florencia la vio volver la interceptó.
- ¿Brenda?... ¿Brenda Gaitán?...
- Si.
- Soy Florencia Ibáñez,... Flopynez
- Flopy… no lo puedo cree, no puedo creerlo… - Brenda decía esto mientras abrazaba a Florencia.
- Yo tampoco, Brendy… no sabes lo que me alegro de verte...- Florencia se largo a llorar y se sentó.
- Qué te pasa... – le dijo Brenda mientras le pasaba su mano por la espalda y con la otra le tomaba su mano, entonces Florencia noto su vendaje ensangrentado en su muñeca.
- Qué te paso a vos Brendy, qué te hiciste.
Brenda se quedó en silencio. De pronto, se abrió la puerta de la oficina donde estaba Paula con la detective. Entro un policía, la detective salio y Paula detrás de ella junto al agente. La llevaba esposada al calabozo.
Paula!- dijeron ambas a la vez, mientras la veían alejarse.
Paula había pasado delante de ellas sin decir nada, como si no las hubiera reconocido.

jueves, 8 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 27

Roberto Vallejos aprovechaba la sociedad con Jorge Ramírez para pasar más tiempo con Brenda. Ya casi no diseñaba, y en las reuniones con posibles clientes presentaba los proyectos ideados por Jorge, quien trabajaba cada día más duro.
Jorge era un gran seductor, incluso con los hombres, él arreglaba todos los pormenores con los clientes, no dejaba librado nada al azar, y se encargaba de la supervisión en persona de las obras. Roberto era el que cerraba los tratos en cuanto a la paga.
Ramírez fue aprendiendo la forma de trabajar de Vallejos, sus aliados políticos, los arreglos para ganar las licitaciones de la ciudad mediante sobornos y la admiración que sentía por él se fue disolviendo. Roberto notó un enfriamiento en la amistad que le profesaba Jorge, entonces comenzó a hacerle participe de ciertos privilegios, de obsequios de los clientes, de los viajes de regalo y de las reuniones familiares.
Jorge estaba desganado, el trabajo que Jorge le ofrecía lo tomó pensando que así podría estar más cerca de Paula, pero ella no vivía con sus padres y no pasaba por el estudio. Los proyectos, los viajes, las reuniones de trabajo lo mantenían ocupado todo el día, no tenía tiempo ni para citas. A veces, cuando la soledad le apretaba demasiado el corazón y necesitaba descargar su sexo, iba a un bar a buscar siempre a una misma mujer que vendía su tiempo de cariño. Jorge no sólo disfrutaba de su cuerpo, sino de su compañía, de sus consejos y charlas. Paulina era su confidente, conocía todo sobre él, incluso sobre Roberto y su familia.
Un mañana, Roberto llegó con la noticia de que iban a hacerle una fiesta de cumpleaños a Paula en un restaurante y que ella le había pedido expresamente que lo invitara. Ese día Jorge no pudo dejar de pensar en sus ojos, esa energía especial que pensaba que había entre ellos no era un sueño, era cierto. Esa misma tarde salió a caminar por una zona de boutiques muy exquisita de la ciudad y buscó el mejor vestido. Cuando vio uno de color rojo no dudo que era el mejor para combinar con sus ojos negros y su cabello azabache.

Paula, la noche de su cumpleaños se sorprendió con el regalo de Jorge. Pasaron toda la noche juntos, bailando, brindando. Roberto se mostró ansioso y sumamente cariñoso con su esposa.
Jorge aprovechó que su padre anunció un viaje junto a su esposa Laura y la explosión de alegría que provoco entre los invitados, para salir a la calle con Paula, para robarle el beso más apasionado y la promesa de una cena intima en su departamento.

lunes, 5 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 26

Florencia le pidió su bolso a Paula, quien se lo había arrebatado, y sacó su celular. Buscó un mensaje en su bandeja de entrada y le mostró una foto de un chico de unos cinco años vendado y atado de pies y manos.
- Ayer al mediodía lleve a mi hijo Tomás a un cumpleaños y cuando lo fui a buscar me dijeron que mi hermano lo había ido a buscar. Pensé que era verdad porque Mariano sabía que tenía ese cumpleaños mi hijo, fui a buscarlo a su casa y no encontré a ninguno de los dos. Cuando estaba ahí recibí esta foto, y después me llamaron al teléfono de línea y me dijeron que ibas a venir a la casa y que cuando lo hicieras tenía que decirte de la camioneta en tu garaje. Pensé que ahí podía hallar una pista de mi hijo, y recibí la foto de mi hermano, vi su celular y enloquecí. Creí que vos tenías algo que ver.
- Yo estoy en medio de esta pesadilla y no sé por qué.
- Si se enteran de que estamos en la policía pueden hacerle daño a Tomás y a mariano.
- Creo que ya lo saben. No tenemos que decir nada.


Paula Vallejos!- llamó un policía- la detective Peralta quiere interrogarla.


Algunos meses antes

Jorge Ramírez se recibió con honores en la facultad de Arquitectura e hizo especializaciones en patrimonios históricos y arquitectura medieval. Sus padres eran humildes, y tuvieron que hacer grandes sacrificios para que el pudiera terminar sus estudios secundarios. La universidad se la pagó él mismo con su trabajo en un bar. Mientras sus compañeros los fines de semana salían a divertirse, él se quedaba en su casa haciendo diseños y estudiando. En cinco años terminó con un promedio de 10.
Era pasional en los diseños, y pronto su estilo cautivó a varias personas de la alta sociedad que le propusieron diseñar sus casas en los countrys. Y su porte atractivo y seductor le valió la conquista de muchas mujeres de dinero que empezaron a obsequiarle cosas y a presentarlo en los más sofisticados eventos y celebraciones que se desarrollaban en la ciudad. En una de esas reuniones conoció a Roberto Vallejos. Él también era un hermoso hombre que despertaba suspiros entre las mujeres y un excelente y prestigiosos arquitecto que era admirado entre sus colegas y buscado por los hombres que querrían honrarse con su amistad.
Vallejos lo invitó a jugar al golf. Entre juego y juego, solían encontrarse a cenar y a hablar de sus proyectos; la sabiduría de Vallejos lo ayudaba a Jorge a perfeccionarse, su admiración hacia él era inmensa.
Un tarde en el Golf Club, Vallejos llegó con su mujer, Laura, y su hija Paula y entonces Ramírez supo que Vallejos era el hombre que siempre quiso ser. Una excelente carrera y una hermosa mujer que no dejaba de mimarlo aun en público, y una hija mucho más bella aún e inteligente.
Una sola mirada basto para que ambos se sintieran enamorados.
Paula quedó encantada con Jorge. Cuando oía su nombre se ruborizaba y se descubría pensando en él sin ninguna razón. Ramírez si bien tenía un buen trabajo, no quería acercarse a Paula, sentía que no la merecía.
Una mañana, halló a Roberto en su estudio. Lo buscaba para pedirle que fuera su socio, él llevaba mucho años de profesión y quería descansar un poco y tomarse más tiempo para su familia. Ramírez asintió sin pesar demasiado.
Esta oportunidad lo acercaba a Paula y la idea de amarla no le parecía tan descabellada.

sábado, 3 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 25

Florencia intentó apagar el celular, pero Paula reconoció la música del móvil de Mariano y le arrebató en bolso, lo sacó y atendió.
- No busque más a Mariano. Olvídese de él. Haga de cuenta que está muerto, pero si sigue insistiendo lo estará de verdad- le dijo del otro lado de la línea un hombre con voz desvirtuada.
- ¿Qué te dijeron?, ¿Qué querían?- le preguntó Florencia.
- Cómo sabes que no era tu hermano, y cómo sabía ese hombre que yo iba a atender el celular. Decime la verdad- le gritó Paula a Florencia mientras le apretaba el brazo con fuerza. - Habla Florencia, decime qué carajo está pasando o se lo vas a tener que decir a la policía
- No, a la policía no. Por favor, me dijeron que la tengo que tener lejos... Por favor
Paula, no me hagas decir nada, por favor... ¡tienen a mi hijo...!



Brenda dejó la casa de los padres de Paula y se dirigió a un auto que estaba estacionado justo enfrente. Tenía los vidrios polarizados, los que comenzaron a bajarse a medida que ella se iba acercando.
-Acá están los papeles que me pediste. No vuelvas a acercarte a mí o a Paula.
Brenda arrojo los documentos que sacó del estudio de Roberto en el auto y se alejó. En su interior Jorge Ramírez sonreía triunfante.


Mariano se sentía como un gato enjaulado. El cambio de lugar lo había desorientado y le había hecho perder la noción del tiempo. Necesitaba saber qué pasaba y necesitaba saberlo ya. Repasaba cada cosa vivida. Todo iba bien, qué fue lo que modificó su plan.

jueves, 1 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 24

Mientras la detective Peralta era conducida a la comisaría donde estaba demorada Paula junto a la hermana de Mariano, repasaba la declaración de la presunta atacante de Roberto.
“La señorita Vanina Acosta se declara inocente del ataque del señor Roberto Vallejos. Manifiesta haber encontrado en las cercanías a donde se halló el vehículo de la víctima una billetera con dinero, un corbatero de oro y un celular. Reconoce que estaba “trabajando en la calle”, que buscaba clientes en los bares de la zona, a los que suele llevar a su departamento. Pero que esa noche sólo había intimado con un viejo cliente, del que se negó a dar el nombre, para no perjudicarlo, ya que gozaba de un importante prestigio en la sociedad, con él que se había encontrado después de hallar las pertenencias. Cenaron en Albatros, tomaron unas copas en El living y habían permanecido juntos en su departamento hasta la tarde del domingo. Donde habían también almorzado”.
“Manifestó también, que en el departamento vive sola, que no trabaja para nadie, y que las joyas o pertenencias de valor que tiene son regalos de sus clientes, que nunca robó porque es buena en lo que hace y no le falta trabajo”.
“Declaró que hay rumores de que un grupo de mujeres anda por la zona seduciendo a los hombres y robándoles después, pero que no las conoce, que por eso la eligen a ella, porque es de fiar”.
“Cuando se le mostró una foto de la víctima, afirmó que lo conoce de vista, que es frecuente cliente de los restaurantes y bares de la zona, pero que nunca habló con él, ni tuvo contacto intimo con el mismo. Siempre lo veía sólo o con un grupo de hombres, pero recordó haberlo visto en varias oportunidades con una mujer mucho más joven que él, con el cabello negro y facciones similares, y que siempre creyó que se trataba de la hija”.
- Esto es muy interesante- expresaba en voz alta Peralta- lo de la hija quedaba descolgado, no cerraba hasta ahora, pero necesito saber a quién pertenece la sangre que hallaron en la casa de Paula Vallejos.
Continúo el viaje inmersa en sus pensamientos y tratando de atar cabos, mientras miraba por la ventanilla. El sol comenzaba asomar anunciando el nuevo día.



Cuando Mariano despertó se encontró otra vez con los ojos vendados y con una de sus manos esposada, no ya a una cama, sino a una columna. Estaba sentado. Con la mano suelta se quitó la venda y comprobó que ya no estaba en la pulcra habitación del día anterior. Esta parecía un depósito. Estaba llena de cajas, de polvo y telarañas.
Trató de buscar una mejor posición. Le dolía la espalda y las piernas. Observó que a un costado de su cuerpo había un vaso con jugo y un plato con un sándwich. Probó el sándwich, pero no bebió el jugo, no quería volver a dormirse.

En la comisaría 12. El celular de Mariano comenzó a sonar en la cartera de Florencia.

lunes, 29 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 23

Laura no se dirigió a su casa como le había manifestado a Jorge Ramírez., se alejó del centro de la ciudad y estacionó cerca de un viejo bar. Entró y pidió algo para tomar en la barra. Después le solicitó el teléfono al barman del lugar.
Marcó un número, cuando levantaron el tubo del otro lado dijo “Pasó algo no previsto, debemos continuar con el segundo plan”.

….

El corte no le dolía a Brenda, le dolía el corazón, la traición de Roberto.
Con Paula se mudaron un tiempo juntas, después Roberto volvió a buscarla y entonces ayudo a Paula para sentirse más fuerte y así poder irse a vivir sola y estar tranquila con su amor.
Roberto inventaba mil excusas para pasar tiempo con ella. Le gustaba trabajar solo, pero para estar más libre buscó asociarse con Jorge Ramírez, quien hasta ese momento tenía un estudio que era competencia suya, pero decidieron fusionar fuerzas y el trabajo creció más.
Roberto era un excelente arquitecto. Uno de sus clientes, un hombre de buen poder adquisitivo, dueño de diversos hoteles, algunos diseñados por el propio Roberto, para agradecerle su trabajo le ofreció que se tomara una semana en uno de sus hoteles en cualquier lugar del mundo.
Para ese momento estaba ya en sociedad con Jorge, quien no sólo era un gran seductor de mujeres, sino también gozaba de seducir a los hombres, especialmente a aquellos de los que pudiera obtener un gran provecho. Por eso, la invitación del señor Camel se extendió también a él.
Roberto la invitó a Brenda al viaje, y ésta decidió que el destino podías ser la Polinesia, un lugar que le parecía paradisiaco.
Laura no se metía en los negocios de Roberto así que era imposible que se enterara de que su viaje iba a ser de placer y no por trabajo.
Pero el día que Paula estaba esperando con las valijas a Roberto en el Aeropuerto, éste no se presentó, ni la llamó por teléfono para darle una explicación.
Se sintió humillada, dolida, burlada. Todo ese amor se había convertido en odio. No volvió a llamarlo, y él tampoco lo hizo. Se encontró con él en un cumpleaños de Paula que organizó en un restaurante y el cariño que le quedaba se le disolvió cuando vio a Roberto sumamente cariñoso con Laura, y a ésta con Paula. Verlos era como ver un cuadro de una familia perfecta, una familia que siempre sintió suya, pero que le era ajena.
Ese mismo día Laura les anuncio a todos su viaje con Roberto a Tailandia.


La sangre fluía con más fuerza de la muñeca de Brenda. Estaba por desmayarse cuando sonó su celular. No atendió, iba a pagarlo cuando leyó en la pantalla que era Paula. Entonces apretó el botón para escucharla.
- Brenda, te necesito, estoy en la comisaría 12, me culpan de la desaparición de Mariano. Ayúdame.
Sólo había una sola persona que Brenda amara más a que a Roberto, y esa era Paula. Después de cortar con ella, se levantó, sacó un pañuelo de su bolsa y se lo ató a la muñeca en forma de torniquete.
Caminó por el estudio, recogió los planos que estaban arriba del escritorio cuando entro y los papales de la municipalidad. Sacó un papel de su bolsillo con unos números y fue hasta la caja fuerte. La abrió y sacó otros documentos.
Sólo después de esto salió de la casa.