lunes, 29 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 23

Laura no se dirigió a su casa como le había manifestado a Jorge Ramírez., se alejó del centro de la ciudad y estacionó cerca de un viejo bar. Entró y pidió algo para tomar en la barra. Después le solicitó el teléfono al barman del lugar.
Marcó un número, cuando levantaron el tubo del otro lado dijo “Pasó algo no previsto, debemos continuar con el segundo plan”.

….

El corte no le dolía a Brenda, le dolía el corazón, la traición de Roberto.
Con Paula se mudaron un tiempo juntas, después Roberto volvió a buscarla y entonces ayudo a Paula para sentirse más fuerte y así poder irse a vivir sola y estar tranquila con su amor.
Roberto inventaba mil excusas para pasar tiempo con ella. Le gustaba trabajar solo, pero para estar más libre buscó asociarse con Jorge Ramírez, quien hasta ese momento tenía un estudio que era competencia suya, pero decidieron fusionar fuerzas y el trabajo creció más.
Roberto era un excelente arquitecto. Uno de sus clientes, un hombre de buen poder adquisitivo, dueño de diversos hoteles, algunos diseñados por el propio Roberto, para agradecerle su trabajo le ofreció que se tomara una semana en uno de sus hoteles en cualquier lugar del mundo.
Para ese momento estaba ya en sociedad con Jorge, quien no sólo era un gran seductor de mujeres, sino también gozaba de seducir a los hombres, especialmente a aquellos de los que pudiera obtener un gran provecho. Por eso, la invitación del señor Camel se extendió también a él.
Roberto la invitó a Brenda al viaje, y ésta decidió que el destino podías ser la Polinesia, un lugar que le parecía paradisiaco.
Laura no se metía en los negocios de Roberto así que era imposible que se enterara de que su viaje iba a ser de placer y no por trabajo.
Pero el día que Paula estaba esperando con las valijas a Roberto en el Aeropuerto, éste no se presentó, ni la llamó por teléfono para darle una explicación.
Se sintió humillada, dolida, burlada. Todo ese amor se había convertido en odio. No volvió a llamarlo, y él tampoco lo hizo. Se encontró con él en un cumpleaños de Paula que organizó en un restaurante y el cariño que le quedaba se le disolvió cuando vio a Roberto sumamente cariñoso con Laura, y a ésta con Paula. Verlos era como ver un cuadro de una familia perfecta, una familia que siempre sintió suya, pero que le era ajena.
Ese mismo día Laura les anuncio a todos su viaje con Roberto a Tailandia.


La sangre fluía con más fuerza de la muñeca de Brenda. Estaba por desmayarse cuando sonó su celular. No atendió, iba a pagarlo cuando leyó en la pantalla que era Paula. Entonces apretó el botón para escucharla.
- Brenda, te necesito, estoy en la comisaría 12, me culpan de la desaparición de Mariano. Ayúdame.
Sólo había una sola persona que Brenda amara más a que a Roberto, y esa era Paula. Después de cortar con ella, se levantó, sacó un pañuelo de su bolsa y se lo ató a la muñeca en forma de torniquete.
Caminó por el estudio, recogió los planos que estaban arriba del escritorio cuando entro y los papales de la municipalidad. Sacó un papel de su bolsillo con unos números y fue hasta la caja fuerte. La abrió y sacó otros documentos.
Sólo después de esto salió de la casa.

sábado, 27 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 22

Una noche. Paula se despertó sobresaltada, y en camisón y descalza se dirigió al cuarto donde dormía Brenda. Como no la halló en su cama bajo a la cocina a buscarla. Iba hacia allá cuando oyó su risa en el estudio de su padre. Dudo en abrir la puerta sin golpear. Miró por el agujero de la cerradura y vio a su papá tirado en el piso junto a Brenda, se estaban haciendo cosquillas mutuamente. Nunca antes los había visto tan felices a los dos. No quiso interrumpirlos, era como si estuvieran en su propio tiempo y espacio. Se volteó para regresar a su habitación cuando sin querer pateo una mesa con adornos que estaba ubicada al lado de la puerta. Un florerito de porcelana cayó al suelo. Entonces la puerta del estudio se abrió y se encontró con la sonrisa de su padre. Brenda corrió a la cocina a buscar una pala para levantar los pedazos de cerámica esparcidos por el piso. Roberto la tomó de la mano, la hizo entrar en la habitación y cerró la puerta detrás de ella. "Jugamos", le dijo, y desplegó en el piso el juego de la vida. Pronto se les sumo Brenda.
Qué hermosa noche, pensaba Paula: despatarrados en el suelo, jugando cerca de la estufa, comiendo bombones de chocolate y dulce de leche sin la vigilancia de su madre que la renegaba cuando los comía porque engordaban y picaban los dientes.
Cuando Paula sintió que se le cerraban los ojos, se despidió y se fue a dormir a su dormitorio. Brenda y Roberto se quedaron solos. El se acercó y comenzó a besarla con pasión. Entonces, se oyó un grito agudo. Corrieron hacia la sala, subieron las escaleras y se encontraron con Paula caída en el piso, un espejo, de los que colgaba en el pasillo, roto a su lado, sus muñecas sangrando y sus brazos lleno de vidrios incrustados.
Brenda se quedó junto a ella en el hospital todos los días y las noches que estuvo internada. Nunca pudo explicarle qué le había pasado, pero después de ese día Laura se mostró cada vez más distante de Paula y Roberto esquivaba a su hija y a Brenda. Cuando se recuperó. Paula expresó su temor a dormir sola en su cuarto. Brenda comenzó a acompañarla. Como lo hizo durante meses, Brenda bajaba cada noche al estudio de Roberto, pero siempre lo encontraba encerrado con llave. No soportaba la frialdad de Roberto, sentía su corazón destrozado y le propuso a Paula irse a alquilar un departamento juntas.
Brenda estaba enamorada del padre de Paula, había sido su primer hombre y sentía que no podía vivir si no era su dueña.

.....

La detective Peralta se había recostado para dormitar un rato en el sofá de su oficina. El timbre del teléfono interrumpido su descanso. Se levantó y atendió
- Peralta. Si, yo tengo ese caso a mi cargo... Qué sorpresa, sí me gustaría ir a hacerle unas preguntas. Gracias por avisar.
Colgó.
- Este caso es más jugoso de lo que pensaba. Una familia con muchas sorpresas.
Tomó unos papeles de la mesa y salió.

jueves, 25 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 21

Paula no quiso decirle a la policía que no podía recordar que no sabía cómo había llegado a su casa con la espalda manchada de sangre. Prefirió callar. Entonces el policía resolvió llevarla a la comisaría junto a Florencia y las evidencias presentadas: la camisa, el celular y la camioneta.

…..

Brenda decidió pasar por la casa de los padres de Paula con la ilusión de encontrarla allí. Tocó timbre insistentemente, pero como nadie respondía, usó su propia llave para entrar.
Una vez en la casa, se dirigió al estudio de Roberto, cerró la puerta detrás de sí. Caminó lento hacia el escritorio. Se sentó en el sillón y empezó a abrir los cajones. Todos estaban abiertos, menos el último. Buscó en su manojo de llaves la más pequeña y la introdujo en la cerradura del cajón. Lo abrió, allí encontró sobres de cartas en las que reconoció su propia letra, unos pasajes con fecha vencida para La Polinesia y un álbum con fotos de ella.
Puso todo lo hallado en su bolso, y se detuvo un momento a contemplar lo que había sobre la mesa. Una carpeta con planos de varias casas, papeles de trámites en la municipalidad, tarjetas de presentación, fotos de Paula chiquita, de Paula en su fiesta de 15, de Paula con el título de la Facultad, de Laura joven, del día de la Boda con Laura, de Laura embarazada y una de Roberto y Laura en sus últimas vacaciones por Tailandia.
Brenda se paró de golpe y empezó a romper con furia los planos, los papeles, a tirar al piso los portarretratos.
Abrió los cajones y sacó todo lo de su interior, lo esparció por toda la habitación; gritaba y lloraba a la vez. Levantó el portarretrato en la que estaba la foto de Laura y Roberto en sus vacaciones, sacó la foto, la hizo añicos: “¿Por qué ella? ¿por qué ella?, ¿Por qué ella?”, repetía. Tomó un pedazo de vidrio, fue con él hacia un lado oscuro de la sala, se sentó en el piso y se levanto la manga del abrigo. Clavo el vidrio en su muñeca y se quedó observando cómo brotaba la sangre. El dolor de la herida la alivió.


Años antes

Las salidas a bailar, las noches en vela hablando sobre chicos y ropa las había vuelto cada vez más amigas a Paula y a Brenda, eran como hermanas. Hacían todo juntas: Brenda había dejado su colegio para pasarse al de Paula, no iban al mismo grado, pero por lo menos podían compartir los recreos. Paula no se ponía de novio sin la aprobación de Brenda, y Brenda fue alejándose de su familia, de sus viejos afectos para acompañar a Paula en todo lo que hacia: pintura, inglés, clases de teatro.
Brenda había perdido a su padre cuando tenía cuatro años. Hacia esfuerzo para retener en su memoria las pocas imágenes que tenía de él, pero con el tiempo se volvieron transparentes, hasta que desaparecieron. Su padre era navegante y había muerto durante una tormenta fuerte en alta mar. Su madre tuvo que salir a trabajar. Decidió retomar su profesión de enfermera, hizo cursos de perfeccionamiento y empezó a tener cada vez más trabajo; la requerían para cirugías complejas a cualquier hora, así que Brenda una vez que se hizo más amiga de Paula comenzó a quedarse cada vez más tiempo en su casa.
En la relación de Laura y Paula había cierta frialdad que la asustaba, Laura era tan diferente a su madre que siempre la estaba abrazando.
A Paula, tal vez por eso, le costaba expresar sus sentimientos y Brenda, en cambio, era sumamente cariñosa.
Por las noches en la casa de su amiga, Brenda solía sentirse incomoda, había algo allí que la aterraba
Dormir en una habitación tan grande y sola la incomodaba, su casa verdadera era pequeña y desde su cuarto podía ver la luz de la cocina en donde su madre estaba oyendo la radio o la televisión.
Una noche fue hasta la cocina a prepararse un vaso de leche y cuando paso por delante del estudio de Roberto vio la luz prendida; toco a la puerta y esta se abrió. Se encontró con la sonrisa de Roberto y sus ojos color cielo, él la invitó a pasar. Se sentaron en el piso, el trajo un juego de ludo y empezaron una partida,
Las jugadas se repetían cada noche hasta la madrugada. A veces ella se dormía y él la llevaba en brazos hasta su cuarto.
Una noche ella se despertó cuando el la ponía en la cama y al verlo tan cerca no se contuvo y lo beso en los labios.
El la tapo con la frazada y se fue. Al otro día no sabía como mirarlo a los ojos. El dio el primer paso cuando al despedirse esa noche para ir a dormir le dijo al oído. “te espero para continuar la partida”.
Estaba nerviosa, cambio su camisón de algodón por una con encajes en las mangas que le dejaban al descubierto los hombros. Fue hacia el estudio, y entro sin golpear la puerta. Roberto estaba sentado al escritorio. Brenda camino hacia el, lo hizo retroceder y se sentó en el escritorio frente a él. Dejo caer su camisón para dejar desnudos sus pechos. El comenzó a tocarlos y a besarla.
Hicieron el amor esa noche y todas las noches que ella se quedaba en la casa. Solo antes del desayuno cada uno volvía a sus respectivas habitaciones para disimular.
Mientras su relación se volvía más estrecha, más mágica y pasional, Laura se volvía más cruel y más fría con Paula y con Roberto. El empezó a dormir en otro cuarto Y Brenda pasaba cada noche en él.

lunes, 22 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 20

Florencia tenía acorralada a Paula en el sofá. Se había subido encima de ella y le apretaba el cuello al tiempo que le gritaba que le dijera qué le había hecho a Mariano. Paula no podía pronunciar palabra y lloraba de impotencia, Florencia lloraba de dolor. Mientras peleaban, el timbre del portero sonaba con insistencia.
Paula en un esfuerzo por zafarse de los brazos de Florencia, manoteó a tientas las cosas que había sobre la mesa ratona, y tomó un cenicero con el que la golpeó con fuerza en la cabeza. Florencia cayó inconsciente.
Paula se sentó, respiraba con dificultad. Se quedó con rato sin saber qué hacer, después se acercó a Florencia para ver cómo estaba. La herida estaba sangrando. Iba a levantarse a buscar algo para curarla cuando oyó una voz de “alto” en la puerta de su departamento. Florencia antes de subir había alertado a la policía.


………..


Cuando Brenda atravesaba el estacionamiento del hospital recibió un mensaje en su celular. Lo leyó, pero no lo respondió.
Iba a meter la llave en su vehículo cuando alguien la tomó por la cintura con una mano y con la otra le tapó la boca. La tiro sobre el auto y comenzó a apoyarla. Brenda no se resistió. Dejó que le besara el cuello y la oreja, que le tocara el busto y le levantara la pollera para correrle su ropa interior y penetrarla con sus dedos.
Iba a bajarse el cierre del pantalón cuando se oyeron risas y pasos que iban hacia ellos. Entonces él se detuvo, le dijo al oído: “No te dejes llevar por tus sentimientos y termina lo que empezaste”. Y la soltó.
Brenda se volteó y no vio más que a dos enfermeras que pasaron junto a ella


………

- Aléjese lentamente de la señorita y párese con las manos en alto al lado del sofá.
Paula hizo lo que le dijeron. Una mujer policía se dirigió hacia ella para revisarla y esposarla, mientras otra atendía a Florencia. La policía trató de reanimarla.
- Todo está bien señorita, no se preocupe, ya llamamos a una ambulancia.
Florencia abrió los ojos y al ver a Paula grito
- ¡Trató de matarme!
- Yo sólo me defendí, ella me atacó primero- retrucó Paula
- De quién es el departamento- pregunto el policía que le había apuntado a Paula.
- Es mío - dijo Paula y mirándola a Florencia agregó - y ella entró, me tiro sobre el sofá y me tomó del cuello. Me estaba ahorcando, yo solo me defendí
-¿Eso es cierto?- le pregunto el mismo policía a Florencia
- Si.
- Entonces suelte a la señorita.- ordenó- este es una caso de riña doméstica y nosotros vinimos por una llamada de presunto secuestro.
- Si, yo los llamé, oficial.
- Usted es Florencia Ibáñez
- Soy yo oficial, y el que esta secuestrado es mi hermano. Mi hermano está desaparecido de ayer a la noche, y esta mujer se presento en mi casa buscándolo, y cuando decidimos rastrear la camioneta que usaba por medio de GPS, supimos que estaba en la cochera de este edificio. Llegamos y ella salió corriendo a su departamento. Yo me quede mirando el interior del vehículo cuando oí el sonido de un celular, estaba escondido en la parte de atrás. Lo tomé mire el mensaje y vi esta foto de mi hermano- Florencia sacó de su bolsillo el celular de Mariano y le mostró la foto al policía- El mensaje llego cuando yo estaba en la camioneta, nadie sabia que veníamos acá, salvo ella, ella lo tuvo que haberla mandado.
-Yo no sé nada de tu hermano, no sé nada.
- Por que no la interrogan más o registran el lugar. Debe haber algo de mi hermano.
- Para registrar el lugar necesitamos una orden judicial.
- Yo les dejo registrar la casa, no tengo nada que ocultar.
La policía empezó a registrar el departamento.
Una ambulancia llegó y un médico curo la herida de Florencia, sangraba mucho, pero no era profunda.
La ayudaron a pararse y pudo hacerlo con algo de dificultad, estaba mareada.
Paula camino hacia ella, le tomo del brazo y le dijo: “Yo amo a Mariano, no le hice nada, te lo juro por mi padre que esta en el hospital, no le hice nada”.
- Señor, - le dijo un policía al que llevaba a cabo el procedimiento- encontramos algo. En el cesto de la ropa hallamos una toalla con sangre.

jueves, 18 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 19

-Puedo seguirte con el auto y acompañarte a tu casa. Es muy tarde, no te veo bien, no es bueno que te quedes sola- le dijo Jorge a Laura.
Ramírez había llevado en su auto a la mamá de Paula para que recogiera su auto del estacionamiento del hospital. Laura no había pronunciado palabra en todo el camino desde la comisaría, en su cabeza tenía grabada la mirada de la mujer sospechada de atacar a su marido. Había pasado a su lado, y sus ojos se clavaron en ella como si la conociera.
- Quiero y necesito estar sola. Gracias Jorge, en el día te llamo.
- Yo te llamo.
Laura caminó lento hacia su vehículo. Cuando llegó a el se paro a su lado y miro hacia las habitaciones de internación que tenían las luces encendidas. Si iba a verlo a Roberto era para insultarlo, en esos momentos sentía que lo odiaba. Le pareció que era uno de esos sentimientos que suelen diluirse con el tiempo, era mejor calmarse, apartarse un poco.
- Necesito dormir un poco. Ya me sentiré mejor, y este día será sólo uno malo de los tantos felices de mi vida…
Subió al auto. “ Qué idiota que sos Laura, ni vos te lo creíste”,”, se dijo a sí misma y arranco.

……..


- ¿Mariano?... ¿Mariano estás acá?..
Mariano tenía la llave del departamento de Paula y ella estaba ilusionada con encontrarlo allí, esperándola, recostado en la cama o en la cocina. Quería pensar que se trataba de una de sus bromas, de esas bromas que tanto la enojaban, pero que nunca había llegado tan lejos.

En el departamento todo estaba como lo había dejado la mañana del domingo. No encontrarlo la desplomó. Recordó que venia con Florencia, e iba a salir a buscarla cuando ella entró por la puerta descontrolada. Se abalanzo sobre Paula y la tomo de sus cabellos
- Perra, ¿qué le hiciste a mi hermano?

……

Cuando Laura dejó el estacionamiento del hospital no percató que el auto de Ramírez seguía allí cerca estacionado.
Brenda también llego al hospital, estaciono en la zona reservada para los médicos y entró por una puerta que daba a una zona restringida. Caminaba con cautela, mirando para todos lados. No quería ser descubierta. No era horas de visitas y no tenía una excusa preparada, además ignoraba si Laura todavía seguía allí. Se paro delante de la sala donde estaba Roberto y por el vidrio de la puerta comprobó que estaba solo. Antes de entrar decidió esperar que la enfermera hiciera la recorrida. Se refugió en las escaleras y cuando el pasillo quedo en silencio, entro.
Se acerco a la cama, encendió la luz de la cabecera para poder verle el rostro. Roberto sintió la luz en sus ojos y los abrió con dificultad.
La miro a Brenda y está lo abrazo y le dijo “ Perdóname, perdóname… “y lo beso apasionadamente en la boca.

lunes, 15 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 18

Brenda no podía salir a buscar a Paula, ella pensaba que se había ido a su casa, asi que no tenía modo de enterarse de que había salido. Trató de tranquilizarse. Regreso sobre sus pasos Recogió su bolso y abrigo de la casa donde se estaba ocultando y bajo al garaje Subió al auto que estaba allí. Se sentó. Puso las manos sobre el volante y se inclinó sobre él. Tuvo miedo de que las cosas se salieran de control. Debía ser fuerte. Nada de lo que Paula haría la pondría en peligro. Buscó el control remoto del portón y lo apretó. Arrancó el auto y salió.

.....................

Florencia no había terminado de estacionar el auto frente al edificio donde vivía Paula cuando está se arrojó del vehículo corriendo, fue hacia los garajes, y se paro frente a la camioneta de Mariano. Era verdad, esteba allí. Entonces corrió hacia el ascensor. Cuando las puertas se abrieron, subió y apretó el botón de su piso. Florencia estaba junto a la camioneta cuando las puertas del ascensor se cerraban, no entendía qué le pasaba a Paula, ni que en qué lío estaba metido su hermano. Miró hacia adentró del camioneta y vio que tenía puestas las llaves, tocó el motor y aun estaba caliente Abrió la puerta, encendió las luces, miro todo su interior. No había nada fuera de lugar Oyó un sonido de entrada de mensaje al celular. No era el suyo, asi que busco con más atención. En el piso de la parte de atrás halló tirado el celular de Mariano. Había un aviso de un mensaje multimedia recibido. Lo abrió y apretó el botón para para verlo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando vio una foto de Mariano vendado y maniatado a una cama.

jueves, 11 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 17

La puerta se abrió y Paula hallo frente a ella a un rostro muy similar al de Mariano, pero con unos grandes ojos grises.
-¿Paula?, vos debes de ser Paula, ja, ja
-Sí.
- Soy Flopy la hermana más linda de Mariano, bueno, la única, pero la más linda de la familia. Soy re tonta, te tengo ahí parada, es re tarde, pasa, pensé que era mi hermano que se había olvidado las llaves. Estás bien vos, le pasó algo a él.
-Esperaba encontrarlo acá.
-Dónde se habrá metido. Yo lo estuve llamando todo el día, y por la noche decidí venir, pensé que había salido por un rato, porque el canario tenía poca agua, y si se ausenta mucho le deja todo bien preparado, pero de eso hace ya como cinco horas. El sábado salía con vos ¿no?, le pidió la camioneta a mi viejo. Y estuvo toda la semana preguntándome por un resto para llevarte y sorprenderte… Y… ¿salieron?
- Si, pero yo llegué a casa ayer a la mañana y no supe más de él. También lo llamé y no obtuve respuesta.
-Y, el es medio loco, es capaz de encontrarse con amigos y quedarse charlando y tomando sin noción del tiempo. Lo mismo le pasa cuando tiene un arranque de inspiración, puede estar horas pintando y se olvida del mundo…, pero desde que está con vos está tan cambiado… se enamoró, increíble, pero se enamoró…
Paula se sonrojó.
-No te pongas así, me encanta lo que vos has hecho en mi hermano, hasta está más cariñoso con todos los de la familia.
-No pensé que les había hablado de mí.
- Mucho.
-Pero… como nunca me llevó a conocerlos.
- Dale tiempo, él es muy extrovertido, sin embargo, para algunas cosas sigue siendo un chico tímido. Voy a probar otra vez con el celular…
Florencia tomó el teléfono y marcó el número de Mariano; estaba apagado o fuera del área de cobertura.
- No hay caso…
-Florencia, estoy preocupada- le dijo Paula mirándola con una profunda tristeza- necesito contarte algo.
-Si, pero antes sentate. Querés tomar algo… estás pálida.
-Estoy bien. Mira yo ayer llegue a mi departamento a la mañana, pasé la puerta de mi casa con una gran angustia a la que todavía no pude encontrarle una explicación. Yo sé que me encontré con tu hermano, que cenamos juntos y que estuvimos juntos, pero no puedo recordar nada más, no se cómo nos despedimos, ni que paso al final de la noche. Yo le llamó no contestó y después recibí un mensaje de él preguntando por mí, porque no había ido a verle, pero yo estoy segura de haberlo visto. Yo… yo… suelo olvidarme de ciertas cosas... mi psicólogo dice que hago una especie de bloqueo mental, que borro momentos dolorosos, pero no se porque lo hice con Mariano, tengo miedo de lo que haya pasado.
- No puedo entenderte bien, pero si vos estás acá sana y salva no creo que le haya pasado nada a él. Para sacarnos las dudas podemos buscar la camioneta, en el garaje no está y no se la devolvió a mi viejo. Lo voy a buscar por el GPS. Espérame acá ya vuelvo, me voy a comunicar con la compañía.
Paula no solía ser tan abierta con las personas, ni hablaba de sus problemas con cualquiera, pero había algo en los ojos de Florencia que le daban tranquilidad y confianza, y además cada vez se empezaba a preocupar más por Mariano, lo que le había pasado a su papá la había desviado de la verdadera preocupación y donde debía enfocarse, en Mariano, en lo que había pasado con él.
Debajo del sillón vio algo que brillaba que le llamo la atención. Se acercó a recogerlo y comprobó que era un aro, uno de los aros que lleva puesto el sábado a la noche. “Entonces estuve aquí, vine aquí con Mariano…”. Se sirvió un vaso de Tía Maria abierto que había arriba de la mesa ratona, estaba tratando de recordar más cuando apareció Flopy.
- Paula, me pasaron la dirección de donde está la camioneta...
Florencia le extendió el anotador con la dirección, Paula la leyó, era la dirección de su domicilio...

lunes, 8 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 16

-Señora Vallejos, la persona que presuntamente atacó o participó del ataque de su marido, pertenece a un grupo bien organizado, que hace varios meses viene realizando este tipo de delitos. Son minas embaucadoras. Por lo general, se mueven en grupo de tres o más. Visten bien, actúan con buenos modales, y atrapan a tipos de buena mosca. Trabajan siempre en la misma zona y creemos que algunos dueños de los restauranes o bares están arreglados porque no hacen la denuncian o declaran no haberlas visto- le explicó la detective a Laura- Su marido participó de una cena con amigos el sábado ¿no?- le preguntó.
- Era una cena de negocios... - respondió Laura.
- Y recuerda en qué restaurante- continúo interrogando Peralta
- En el resto La carbonada- se adelantó a responder Ramírez.
- Me los suponía... varias víctimas alegaron haber conocido a estás mujeres en ese restaurante, pero su dueño y los mozos siempre responden que no recuerdan a haber atendido a los clientes afectados, ni pueden describir a las mujeres.
- ¿Cómo pasó?- quiso saber Laura.
- Por lo general, ésas mujeres van en grupos a comer a alguno de estos sitios de moda, piden una mesa cerca de una en la que haya hombres solos. Le coquetean, le sonríen, a veces reciben una invitación para acompañarlos por parte de esos hombres, en otras oportunidades ellas a la hora de pagar se hacen que le robaron la cartera, o salen y regresan diciendo que le pincharon la goma del auto, o que éste no arranca y le piden que las lleven a su casa. En el camino por lo general se desvían a un hotel, y ahí adormecen al pobre hombre y le roban, a otros lo roban en el auto después de practicarle sexo. Nunca están solas, siempre las sigue algún hombre que golpea a la víctima, si la cosa se pone difícil.
- Pero a mi marido... no le robaron nada- murmuró Laura.
- Su marido se habrá resistido, no le dijimos nada antes para no preocuparla, necesitábamos corroborar los hechos, pero él presenta golpes en los brazos y arañazos, y encontramos un preservativo usado en el piso del vehículo. Creemos que cuando quiso robarle el le pegó, o manoteo, había un mechón de cabellos largos en su puño derecho, pensamos que algún socio de la mina lo atacó para que la soltara.
- No lo puedo creer...
- Su marido se veía con un tal Thomson- prosiguió la detective.
- No sé su apellido.
- Si, Julio Thomson- respondió Ramírez.
- El señor Thomson fue encontrado amarrado a un árbol en una zona descampada cercana a donde hallaron a su marido. Él hombre está ileso, pero en estado de shock. Lo durmieron y le sacaron el auto y las pertenencias de valor. No pudo declarar todavía, pero si decirnos que fue una mujer con la que se fue del restauran. No le contamos nada del estado del señor Vallejos.

Laura no podía comprender lo que le decía la investigadora. Sabía que Roberto era incapaz de engañarla, cómo podía ser que haya caído en las redes de una desconocida y haya tenido relaciones en el auto con ella... No, eso era imposible, ésta historia era muy extraña, acaso su marido había caído en alguna trampa. Nadie debía saber si era cierto lo que ocurrió, no le haría bien a su buen nombre. Pero, su Roberto, cómo pudo... Laura sacudía la cabeza, apretaba los dientes, mascullaba su rabia...
era incapaz de engañarla y menos de tener
- No puedo creerle.. - le dijo a la detective Peralta mirándola a los ojos
- Sé que es difícil soportar que su marido está mal y a la vez enterarse de que la engaño, pero nosotros apresamos a una de las mujeres que tenemos marcadas y encontramos varias pertenecías de otras víctimas y un corbatero de oro con las iniciales R V. - Peralta le indicó a un policía que le alcanzase la prueba. - La reconoce- le preguntó a Laura mostrándosela.
- Sí, es de Roberto, yo se la regalé.
- Bien- La detective extendió la bolsita con el corbatero al policía y le indicó que anotara en el expediente que la esposa de la victima reconoció el elemento hallado como perteneciente al mismo. Con esta prueba voy a poder dejarla encerrada esta mujer un tiempo más,por lo menos hasta avanzar con la investigación.
Peralta se retiró y Ramírez abrazó a Laura. Estaba pálida y temblando. "No puede ser, no puede ser", repetía.

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- Déjeme acá- le indicó Paula al chofer del taxi- en la casa con el portón de madera.
Se bajo y caminó hacia la puerta. Vio que había luz dentro; "Estará Mariano" se preguntó. Tocó timbre. Oyó pasos acercándose a la puerta. Después el ruido de la llave girando y el picaporte. Cuando la puerta se abrió el corazón le estalló de alegría.

PLANES CRUZADOS CAPITULO 15

A Brenda se le cerraban los ojos, estaba cansada, había sido un día difícil, uno de los más difíciles de su vida. No le gustaba mentirle a Paula, pero sentía que sus intenciones eran buenas, algún día podía revelarle todo y ella la entendería, porque se daría cuenta que todo lo que hizo, lo hizo para que estuviera mejor. Paula era demasiado buena, y frágil, y seguramente sino estuviera ella en su vida, ésta sería una sucesión de decisiones equivocadas. Brenda pensaba así para autoconvencerse de que sus actos eran francos, y que todo saldría bien.
De pronto vio movimientos fuera de la ventana de Paula que llamaron su atención, pero no pudo distinguir bien, así que sacó un prismático de un cajón de su cómoda. Al ajustar la visual comprobó que era Aghata, la gata de la familia, la que arañaba con sus patas el vidrio de la ventana. La felina hizo ese movimiento varias veces, después se subió a una rama de un árbol cercano y bajó al jardín. Caminó hacia la puerta trasera, la que da al lavadero. Saltó hacia el picaporte, una y otra vez; logró colgarse, pero la puerta no se abrió. Volvió sobre sus pasos y se recostó en una hamaca mullida cercana al lugar.
Le parecido extraño a Brenda que Paula no le abriera, tal vez estaba dormida, pero sabía que si la gata supiera que hubiera alguien en la casa no se daría porvencida, maullaría hasta conseguir su objetivo. No lo dudo, bajó a la planta baja y salió al patio trasero de la casa; llego hasta la tapia de la casa de Paula, y ayudada por una escalera pasó al otro lado. Cuando Aghata la reconoció corrió hacia ella, Brenda la acarició y tomó en los brazos. Cuando llegó a la puerta decidido usar su copia del juego de llaves que nadie conocía que poseía y que ya había usado en otras oportunidades. Caminó en puntas de pie por la planta baja, las luces estaban encendidas, pero Paula no estaba, entonces subió al primer piso, antes de llegar al final de la escalera vio abierta la puerta de su cuarto, caminó hacia él y comprobó que no estaba allí tampoco, recorrió todo el piso y nada. "¡No puede ser!", gritó desesperada. La gata asustada saltó de sus brazos y salió corriendo: en los ojos de Brenda había un destello de odio.

jueves, 4 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 14

Cuando Paula cerró la puerta y se encontró sola en la casa, se sintió en paz.
Fue hacia el living y se dejó caer en el sofá. Los párpados le pesaban como bolsas de arena, quiso mantenerse despierta, pero se durmió.
El sonido de las campanas del reloj la despertó sobresaltada, hacia tiempo que no las oía, y como una chispa que enciende una mecha, las campanadas hicieron un “clic” en sus recuerdos y éstos empezaron a dispararse en su mente.
Recordó ese mismo reloj marcando las 12 de las noche, ella bajando las escaleras en camisón, su padre en la Biblioteca riendo y mirándola fijo, una puerta que se cerraba; luego un espejo roto, sus muñecas sangrando, Brenda a su lado de la cama en un hospital.
Ese día había sido la última vez que había visto la sonrisa de su padre, no recordaba cómo se había cortado, ni por qué le había resultado incómodo estar ya en su casa. Brenda había empezado a dormir en su mismo cuarto y al tiempo estaban viviendo juntas, después Paula prefirió mudarse sola. La relación con su madre se había vuelto cada vez más tirante y la distancia en cierta forma las volvió a unir, en cambio su padre estaba alejado.
Recordó también una fiesta de su cumpleaños, un vestido rojo que le había obsequiado el socio de su padre. Una noche en casa de Jorge con ese vestido, su mano en su rodilla y el beso tan ansiado. Luego, un malestar general, vómitos, un lavado de estómago y nuevamente la imagen de Brenda velando sus sueños en el hospital. No había logrado recordar aún qué había pasado esa noche, ni por qué al amor que la había llevado a los brazos de Jorge ahora era rechazo y temor. Cuando oyó a Brenda hablar con él le chocó, le hizo dudar de ambos; por qué ella que tanto le había insistido en que se alejara de Ramírez y ella seguía en contacto.
Ramírez tenía cuarenta años y una personalidad irresistible, lo había visto solo una vez en la oficina de su padre y ya sabia que podía amarlo, después de esa noche llena de interrogantes no la había vuelto a llamar y sabía que también la evitaba.
Recordó la noche que conoció a Mariano en una exposición de arte organizada por la Fundación de Arte Latinoamericano que presidía su madre. El cuadro que le había enviado de regalo al otro día de conocerla, el primer beso en la primera salida al cine, el primer “te amo” que había escuchado de un hombre.
Recordó la noche del sábado, su preparativo y el momento del encuentro… y nada más…
Desde hacia unos años no sabía porqué pero perdía retazos de su memoria, como si su mente fuera un rompecabezas al que le faltaran algunas piezas. Un especialista le había dicho que ella estaba bloqueando momentos dolorosos.
Siempre había estrado Brenda para socorrerla, pero Paula necesitaba esta vez poder sola con esto.
Eran la una de la mañana pero no le importó. Corrió hacia su cuarto, tomo su bolso y un abrigo, dejó la luces prendidas para que nadie pensara que estaba sola la casa. Salio a la calle y tomo un taxi.


……………

Mientras Laura y Jorge esperaban en la comisaría a que la investigadora le revelara información sobre el ataque de Roberto, Mariano seguía inconsciente, no imaginaba que alguien iba a empezar a notar su ausencia y comenzaría con su búsqueda.

martes, 2 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 13

Ay, Paula, me asustaste… pensé que dormías.
- ¿Con quién hablabas, Brenda?
- Con nadie.
- Te oí discutir.
- Con mi mamá, no quería decirte para no preocuparte. Lo de siempre, necesitaba dinero… seguro para jugárselo.

Brenda notó una mirada distinta en Paula, algo distante y fría, se preguntó si le habría creído su excusa, si había oído toda su conversación, cuánto hacia que estaba ahí parada.
-Vuelve a dormir, te va a hacer bien.
- Quisiera estar sola.
- Si, está bien, yo me quedo en la habitación de huéspedes de la planta baja.
- No me entendiste Brenda, quiero quedarme sola en la casa. No te ofendas, pero prefiero que te vayas.
- Pero, Paula, no sé si dejarte…
Brenda se acercó para abrazarla, pero Paula la detuvo.
-No Brenda. Vamos, te acompaño a la puerta.
- No es necesario.
Paula no le hizo caso, bajó las escaleras, le abrió la puerta. Brenda tomó su cartera y abrigo del perchero y un juego de llaves de arriba de la mesa de entrada donde solían ubicar el correo.
-Me llevo éstas para poder regresar rápido si lo necesitas.
- Voy a estar bien- le dijo Paula tomándole la mano con las llaves para sacárselas. – confía en mí, te prometo que mañana temprano te llamo. Sólo quiero dormir tranquila y pensar un poco en todo lo que pasé hoy.
Le dio un beso en la mejilla y antes que su amiga pudiera decir algo más, alzo su mano para hacerles señas a un taxi que pasaba por su calle.
-Nos vemos mañana.
Brenda no tuvo más remedio que ir hacia el taxi y subirse a él. Antes de que pudiera acomodarse en él, Paula ya había cerrado la puerta. Le indicó al chofer que diera vuelta a la derecha en la esquina y a pocos metros le indicó que parara.
Pago apresuradamente con un billete más grande de la tarifa y sin esperar el vuelto, se bajo y corrió hacia una casa que tenía un cartel de venta en una de sus paredes, y que parecía en construcción. Sin encender las luces, subió corriendo las escaleras y entró en uno de sus cuartos.
Abrió la ventana y miro aliviada hacia fuera. Desde allí podía ver todo el jardín trasero de la casa de Paula y el cuarto de ella.