jueves, 11 de septiembre de 2008

TREINTA Y OCHO

Notas
1)Este es un post muyyyyyyy largo, pero hay cosas que no se pueden contar de manera abreviada.Pronto subiré las imágenes.
2) En Argentina hoy es el día del maestro, se lo quiero dedicar a mi seño de 1º, Elena Panópulos, que me dijo en mi primera composición que tenía facilidades para escribir y mucha imaginación. No se equivocó con lo segundo.
3) También se lo dedico de corazón a Libélula que hace poquito fue mamá.
4) ¡Que lo disfruten!



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-Necesito oír de tu propia voz que cumplirás con mi voluntad- le pidió Pierina al capitán Barbicus.
-Lo haré, se lo prometo.
Después de estas palabras, Pierina le hizo un ademán al chofer de su carruaje para que emprendiera la marcha. La reina partía de Humer hacia Ruma, en donde Horus la ungiría como la Emperatriz de todos los reinos de Catar.

Hacia varias horas que era de noche, y la serenidad que había apaciguado los ruidos del día había sumergido a Prisia en un profundo silencio. La luna en su máxima esplendor cubría de luz hasta las sombras más espesas de los bosques. El silencio y la claridad intranquilizaban a los unicornios y a sus amazonas que no lograban controlarlos.
- Algo les pasa,nunca los había visto tan movedizos por las noches- le dijo una elfa a otra.
- ¿Estarán enfermos? Quizá comieron alguna hierba venenosa- argumentó la segunda.
- No lo creo. Para mí es este silencio que aturde. No te resulta ra…
No pudo terminar de hablar, una flecha se le clavó en el corazón y cayó malherida al suelo. Una hembra de unicornio pegó un grito de alarma y toda la manada salió corriendo. Las fechas volaban en todas las direcciones y no les daban tiempo a las elfas guerreras a tomar sus armas para defenderse. Algunas lograron tomarse de la cola de sus animales y así escapar, otras caían y al ser defendidas por sus corceles, éstos caían muertos también.
A la tormenta de flechas le sucedió nuevamente el silencio. Unos pasos lentos se oyeron detrás de los árboles. Hombres camuflados de verde, como si fueran elfos, rastrillaron la zona. Hundieron sus cuchillos en los pechos de las elfas muertas o heridas para destrozarles el corazón y así degradarlas. Porque según la leyenda, cuando una elfa muere, si su corazón es enterrado entero en la tierra, de este surge una planta cuya flor esconde una bella hada, y entonces, el mundo mágico no muere sino que se transforma, pero si el corazón fue destrozado, ya nada puede resurgir. Otros hombres se encargaron de quitarles los cuernos a los unicornios para portarlos como un trofeo más de guerra.

En las aldeas, todos dormían, alguno que otro niño desvelado salía a corretear con su perro fuera de su casa. En uno de los pueblos, tres jóvenes se habían escapado de sus casas para reunirse en el taller del herrero y practicar con los flamantes florines lo que les había enseñado Octavio. El ruido de las armas que chocaban unas con otras y los gritos de aliento que se prodigaban los sumergían en su propio espacio y mantenían ajenos a otros ruidos que comenzaban a sucederse.
Flechas con fuego caían sobre los techos de madera y paja. El humo comenzaba a ahogar a los ocupantes. Los niños corrían hacia los aljibes para sustraer agua, pero estaban vacíos, llenos de arena. Algunas personas no lograban escapar de sus viviendas; antes de que pudieran levantarse o llegar a la puerta caían desmayadas o cuando querían salir se encontraban con que todas las salidas estaban cerradas. No había candados, no había cerraduras, pero no se abrían.
-¡Es la maldición de Horus- gritaba una anciana con su nieto moribundo en brazos.
Los soldados entraron a los pueblos y terminaron de prender fuego a cada construcción que seguía en pie. Ataron a los hombres a palos de madera y les prendieron fuego los pies. Las mujeres que intentaban salvar a sus hombres eran golpeadas. Otras asustadas se quedaban quietas y nadie las tocaba. Entonces, de a una empezaron a arrodillarse en el suelo, a tomar a sus hijos ente sus brazos, a agachar la cabeza y no protestar, ni quejarse. Los soldados pasaban a su lado, les tocaban el pelo, les ponían la punta de sus lanzas en la cabeza de sus hijos, pero sólo se burlaban, no las mataban. Un soldado tomo a una jovencita, la puso en la mitad del pueblo, le quitó la ropa a tirones y cuando estuvo desnuda vociferó:
-Prisia y su rey los ha dejado desnudos, sin una vida digna. El es el culpable de sus sufrimiento- mientras decía esto jugaba con su espada en los pechos de la joven, después le hizo una seña a otro soldado, quien le alcanzó un cofre; de este sacó un vestido de seda con incrustaciones de oro, se lo hizo poner a la mujer, y le dio también un collar de perlas y zapatos. Entonces prosiguió en voz alta-Si aceptan ser súbditos de la reina Pierina todas la mujeres viviran como reinas en sus pueblos, en sus tierras habrá frutos, agua y animales.- Mientras decía esto los soldados traían canastas repletas de frutos, barriles con agua y animales de granja.

El soldado que hablaba hizo traerles a sus hombres al más anciano, considerado el vocero del pueblo y le dijo-Lo que acabas de oir y ver quiero que lo trasmitas a todos los reinos- y le dio un caballo -Ya saben- continúo- aceptan a su nueva reina o sólo olerán a muerte-. Dicho esto palmeo al caballo que partió con el hombre encima y le ordenó a los soldados que destruyeran todo. Los hombres en los bosques también prendieron fuego a los árboles.

Las llamas comenzaron a expandirse. El humo obligó a Ada, que como puma había salido a recorrer las praderas a regresar al castillo alarmada por lo que presentía.
Las hadas Tina y Oncle, que dormían en el tejado arropadas por las estrellas, oyeron un rugido
-¡Es Ada!- gritó Tina y voló hacia la puerta del palacio. Allí vio a la princesa atrapada debajo de una red de hierro. Un soldado logró encadenarle la pata trasera y por más que peleaba no podía zafarse, y con un puñal la hirió en un costado, mientras otro le tiraba un polvo en la nariz que la hizo tranquilizarse y dejar de luchar. Tina voló hacia ella y empezó a molestar a los soldados, pero Ada le gritó-¡Déjame Tina! Ve por Victoria, que nadie la lastime.
Tina regresó al castillo. La ventana de la habitación de la princesa estaba cerrada y tuvo que ir por la puerta principal.
Los soldados sorprendieron a los sirvientes en sus cuartos. Degollaron a los hombres y maniataron a las mujeres.
Galo habia sentido ruido y salió al pasillo con su espada, Oncle habia ido por él, y antes de que pudiera alertarlo un soldados la tomó y cuando el rey quizo hacer algo, este la hirió en su rostro."¡Defiéndete!", le gritó el hada, pero el rey al verla lastimada depuso su arma.

Tina caminó al cuarto de Victoria y en el camino se encontró con Ambar y Merlinda alertadas por su isntinto de hechiceras. El hada les contó lo que estaba ocurriendo y éstas se dividieron, Merlinda fue con Tina por Victoria y Ámbar a rescatar a Ada. Al llegar al piso de la habitación de la princesa, Merlinda tiró unos polvos mágicos sobre al aire, y todas los cuartos quedaron cambiados, y Tina tomó la apricencia de Victoria y se escondió en el cuarto señalado como el de ella.
Cuando los soldados entraron no vieron al hada sino a Victoria. Ella se defendió, pero sin sus habilidades momentaneamente perdidas, no pudo con ellos. Dos soldados la tomaron de los brazos y un tercero entró en la habitación, sacó su espada y le atravesó con ella el cuerpo.- Por Pierina- expresó el capitan Barbicus mientras movia su arma en la herida para hacerla mortal. Al sacar la espada, los soldados la soltaron y Tina cayó sin vida.
En nuestro mundo, los niños despertaron llorando. Un hada había muerto.

17 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¡Me cachis en la mar, que desastre!, con lo que me había gustado que saliera vida de un corazón enterrado, que la vida no se perdiera del todo!
Bueno niña, hoy me has dejado conelcorazón encogido, como los niños de nuestro mundo recién despsertados.
Esperemos que tu imaginación nos vaya desvelando más cosas.
Besicos mientras tanto.

Cecy dijo...

siempre es lindo leerte Ana, tuve que ponerme al dia con dos capitulos y es gratificante, me gusto mucho lo que contas como se tranforman en hadas para que la magia continúe.

besos

Libélula dijo...

¡Hola Ana, mi hada!

Primero MUCHÍSIMAS GRACIAS por la dedicatoria. De corazón es un HONOR para mí que lo hayas hecho.

Segundo, qué emoción, estoy prendida y quiero una yapa ya!!!! No creo que pueda aguantar hasta la próxima. La historia se ha puesto más que interesante y estoy fascinada con este capítulo.

Te pido que nunca escatimes en las palabras. Si el post es largo ¡qué más da! Es un placer leerte y a mí siempre se me hacen súper cortos tus capítulos.

Besos enormes, nos vemos en la próxima entrega!!!
Libélula

Aguabella dijo...

Hola ANA

Ya estoy de nuevo en este lugar tan magico como en el que he estado unos días.
Si tu historia estuviera publicada te prometo que me habría llevado tu libro para disfrutarloen el lugar donde estuve.
Me fascina la historia y su escritora.

Un beso preciosa

Anónimo dijo...

No sé si será un buen relato o no, pero lo cierto es que lo he disfrutado.

Ricardo Tribin dijo...

Muy querida Ana,

Bello Post como siempre son los tuyos.

Pierina...bello nombre!!!

Te cuento que mi post solo lo actualizo una vez por semana e inserto un escrito que al efecto preparo. Son todos orientados a buscar mejores formas de sentir y de vivir.

Te espero siempre muy estimada Ana.

Un beso..

Ricardo Tribin dijo...

Estimada Ana,

Tu comentario luego de leerlo se me borro, no se como. Alcance de todas formas a comentar en tu post.

Un abrazo y mil gracias por visitarme con las Hijas de Prisia.

Anónimo dijo...

Dices que es largo, pero consigues que nos sepa a poco. Es un disfrute continuo y creo que nos tienes a todos como Scherezade al sultán, deseando que llegue la noche siguiente para continuar escchando (leyendo) tus historias.

Gracias

Un saludo

Anónimo dijo...

mierda...
de que nos disfrazamos ahora.
anita que tu pluma nos sepa guiar

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Tienes un encargo en mi blog
Espero que no me des un azote, jejejej
Besicos

Diseño y Planificación Comunicacional dijo...

Un saludin Anita!

Nanny Ogg (Dolo Espinosa) dijo...

Paso, saludo y me pongo a leer que hay muuucho pendiente :) Hale, me voy a disfrutar de todas y cada una de tus palabras (como siempre)

Besos

Susana Peiró dijo...

Amiga querida, hoy me dejaste tristona!

Sí, ya sé que a veces es inevitable, pero me ha dado mucha pena la muerte de Victoria!

Yo también me quedé sin mi hada!

A los pucheritos, me despido, dejándote mi beso, grandote, cariñosísimo para Vos!

Libélula dijo...

Pasaba por aquí... para ver si había yapa... ¡No aguanto más!

Ana, por favor, necesito otro capítulo!!! La ansiedad me está aniquilando!!!

Besos enormes, Libéula.

Pd: ¿Mar eliminó su Blog o tengo un problema de conexión?

Manu Espada dijo...

Muy bonito, como de costumbre. Saludos desde la espada oxidada.

Manu

Ricardo Tribin dijo...

Ana...

Te acercas de nuevo con una gran sorpresa!!! con este Post.

Pase a visitarte de nuevo.

Te espero en mi blog

Maya dijo...

Ana, tu maestra tenía razón en los dos puntos. En que tus habilidades para escribir eran importantes y que tu imaginación no tiene limites.

Yo a tu treinta y Ocho, le podría una estrella de nota.

Un abrazo.

Maya