miércoles, 15 de octubre de 2008

CUARENTA Y DOS

En el castillo de Prisia, el tiempo se había detenido en el momento exacto que el hada Oncle comprendió que la princesa Victoria estaba viva, y que era su hermana Tina la que perecía sin vida a su lado. Seca de lágrimas, con su corazón tocando lo más profundo de la tierra y sin su luz, el hada se olvidó de su destino, dejó que las horas pasaran sin tocarla, y no sintió la llegada de un extraño.
El anciano que el capitan Barbicus había enviado pueblo por pueblo para advertir a los pobladores de las desgracias que sobrevendrían si no se ponían bajo la tutela de la reina Pierina, había desviado su curso, y entraba montado en su caballo a la edificación. Cuando estuvo próximo al Rey se bajó, tomó agua de una cantimplora y caminó con ella hacia él. Lo ayudó sosteniéndole la cabeza para que pudiera beber sin atragantarse. Le dio agua también al puma, a Ada. Volvió hacia su caballo, sacó fruta fresca y se la acercó al Rey y un poco de carne al felino. Sólo cuando sintió la humedad en sus labios Oncle reaccionó y comprendió que habían dejado de estar solos. No sabía si huir o confiar en esa persona que le ofrecía algo para beber.
-No temas hadita, sólo quiero ayudar- le dijo con dulzura el anciano.
-Amigo, ¿puedo llamarte así?- le dijo el Rey Galo- ¿Porqué te arriesgas ayudandonos?
-Mi nombre es Marcos Gaspardi. Soy la última generación de una familia de hombres y mujeres honrados que han labrado, cosechado y enriquecido estas tierras. Soy la última generación porque mis hijos han muerto antes de poder darme nietos, y mi esposa los ha seguido por tristeza. Ya no tengo casa, ni familia, ni siquiera un perro fiel que fuera mi compañía. Lo único que me queda es mi dignidad, y mi pequeña libertad. La reina Pierina a través de sus hombres me ha encomendado una tarea, pero no puedo dejar que esa sea la última labor de mi vida. ¡No viví mas de setenta años para morir como cobarde y traicionero!- Marcos se acercó al Rey y le mostró sus manos.- Estas manos temblorosas no son buenas para el trabajo, ni para el combate, pero están libres de sangre y se las ofrezco mi Rey, glorificaría mis días saber que me siente su amigo.
Galo tomó las manos del anciano, lo miró a los ojos y expresó:
-Soy yo el que se glorifica con tu amistad querido Marcos. Soy yo, el que vivió tantos años alejado de su pueblo, sin saber de cada uno de sus pobladores, como antes, como en los primeros tiempos con Napea. Soy yo el que egoístamente sólo esperaba tener a mis hijas conmigo y se olvidó de gobernar…
-Si es verdad lo que dice, si realmente cree que se olvidó de gobernar, si siente que descuidó a su pueblo, le pido Señor, que no vuelva a hacerlo.
Marcos, con su cuerpo desgarbado por los años, se convirtió en el bastón en el que se apoyó el Galo para levantarse.
-¡Así!, ¡Así mi Rey!, Así quiero mirarlo hacia arriba, más erguido que este viejo.
-No, Marcos, no quiero que me mires hacia arriba como alguien superior, mírame siempre como lo hiciste hoy cuando me diste tus mano, como a un amigo.
Galo abrazó al hombre que no puedo aguantar su llanto. El anciano lloró por sus hijos, por su esposa, por su hogar incendiado, y por los pueblos por los que tuvo que pasar con mentiras.
Unos minutos más tarde, Arturo entró en los terrenos del castillo. Galo ayudado por el anciano y por Oncle habían movido los cuerpos sin vida de sus sirvientes al patio.
El elfo y el hada cavaron fosas para que pudieran tener un digno descanso eterno.
-Sé que Victoria está viva, ¿Vas a decírselo al Rey?- lo interrogó Oncle a Arturo.
-Creo q es mejor que se siga corriendo la voz que una de las princesas de Prisia ha muerto y la otra ha quedado prisionera de un encantamiento. Y ni el Rey debe saber la verdad, por acá hasta los muros del castillo no son seguros, ni mudos.
-Entiendo.- suspiró Oncle.
-Siento lo de Tina- manifestó Arturo.
-Lo sé. Pero debes saber Arturo, que su muerte no quedara integrando la larga lista de Pierina. Yo misma haré que la Reina se arrepienta de sus actos.
-¡Oncle, no puedes hablar así!- explamó Arturo- te oigo, te miro y dejas de brillar. Las hadas de tu especie no son vengativas, no conocen de la guerra, su misión es ser guardianas de los mortales. Tu destino es cuidar del Rey, ponerle color a su vida.
-Pues renuncio a mi destino…
-Si renuncias a tu destino, renunciarás a tu esencia- le advirtió Arturo.
Oncle dejó la pala con la que terminaba de echar tierra sobre una tumba y se alejó del elfo rumbo a la cueva de las hadas.

18 comentarios:

Aguabella dijo...

Querida ANA

El capítulo como siempre es maravilloso, no tengo palabras .

Cuando estaba leyendo como hablaba el anciano y como respondía Galo:

Galo tomó las manos del anciano, lo miró a los ojos y expresó:
-Soy yo el que se glorifica con tu amistad querido Marcos. Soy yo,

Me ha recorrido un escalofrio por todo el cuerpo!!

Cuando consigues que alguien se emocione con lo que escribes....es lo máximo, tú lo haces reina.

Un besito

Susana Peiró dijo...

Marcos Gaspardi es el personaje que hoy me ha impresionado.

Su dignidad, su "pequeña libertad" como dice él, y sobre todo esa declaración "No he vivido setenta años para morir como un cobarde” me lo representa glorioso, excepcional y con una tremenda tristeza por sus pérdidas.

Precioso Capítulo Ana querida!

Besitos mi niña!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Hola Ana.
Cada día me sorprendes con nuevos personajes. El anciano hoy me ha sorprendido. Espero el nuevo capítulo con ganas de saber más.
Besicos muchoos guapa.

Anónimo dijo...

Coincido con todos en la calidad del capítulo y sobre todo en la importancia que en él tiene el personaje del anciano.

Deseando continuar leyéndote.

Un abrazo

Mil veces debo dijo...

Realmente 70 años de dignidad !
En este mundo nuestro, a cuantos les haría falta un poquito de la hitoria de este anciano ja!
Mil cariños y buen finde

mArXelLa dijo...

Wow como siempre, un capítulo fascinante, lleno de mensajes y de palabras que desbordan tantas cosas. Me ha encantado querida Ana,te dejo un abrazo enormee!

Anónimo dijo...

TE DEJO UN SALUDO Y ME VOY MUY ENTUSIASMADA AL PRIMER CAPITULO

Nanny Ogg (Dolo Espinosa) dijo...

Dignidad y venganza en un mismo capítulo. Me quedo con la primera y rechazo la segunda...

Besos

AnimaKata dijo...

Gracias por pasarte siempre! ya leeré tus posteos con más tiempo, se que ando muy colgada últimamente con las visitas.
Te cuento que la materia que estudiaba era Sociología de la Educación. Una más en la que nos meten Bourdieu jaja.
Beso enorme y gracias por tu fidelidad!
Georgi

Anónimo dijo...

capitulazo ana...disculpa sim antes no pase, es que blogger no me queire mucho.
un abrazo

Ricardo Tribin dijo...

Querida Ana,

Quizas todos somos como Marcos Gaspardi cuando dice : "Soy la última generación de una familia de hombres y mujeres honrados que han labrado, cosechado y enriquecido estas tierras"

Por ello hay que cuidar lo que tenemos para evitar que nos lo arrebaten y esto se aplica en cualquier sentido de la vida.

Un excelente post..como de costumbre..

Susana Peiró dijo...

Paso para dejarte mi Abrazo, Ana querida!

Excelente Semana mi Amiga!

Libélula dijo...

Ay Ana!!!

Qué capítulo repleto de enseñanzas!!!

Qué pasará? Qué nos depararás?

Esperando ansiosa el próximo, te dejo un beso enorme!
Libélula.

Pd: Yo también desaparecí un poco, pero siempre estoy y sé que vos estás. Eso es lo importante! Besos!!!

campanilla dijo...

hola wapisima, ando un poco perdida pero siempre encuentro el camino, k tal todo? espero k bien, vine a saludarte y a mandarte muxos besitos.

Mil veces debo dijo...

Mis saludos para el finde.
Mil cariños

huellas compartidas dijo...

Ana querida... como estas ??
Anduve un poco perdida por estos días... aprovechando las últimas horas junto a mi querida amiga Anabellita...
Pero regresé... un poco más triste... pero esta vez es solo cuestión de tiempo...
Espero que estes bien...
Besos enormes !

Marilupy dijo...

Hola Ana!
Me estoy poniendo al día... siempre deja mensajes muy interesantes...
Eres una genia niña!
Besos!

Pandora & Zeuz dijo...

perder todo menos la diginidad... entonces no se ha perdido nada y solo es cuaestion de tiempo volver con lo momentaneamente sacado..