jueves, 20 de septiembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 8

Paula devoró los tostados y tomó todo su café antes de poder decir alguna otra palabra. Brenda no la interrumpió con preguntas, aunque las tenía, sólo se limitó a contemplarla. Cómo podía una mujer lucir a la vez tan angustiada y tan bella. Ni bien entraron al bar notó cómo las miradas masculinas la seguían, pero ella siempre pasaba como alejada del mundo, como si estuviera en otra realidad. En algún costado de su ser femenino la envidiaba. Con los años Brenda se dio cuenta de que se había acercado a ella porque estando a su lado se sentía más linda, más buscada. Donde iban, todos querían estar cerca de Paula, pero nadie la conocía como ella, había una parte de su mundo que le pertenecía.
El silencio que había entre las dos fue interrumpido por el mozo que se acercó para llamarle la atención a Brenda que estaba a punto de encender un cigarrillo.
El clima de tensión la había hecho olvidar la prohibición, y se quejó por lo bajo de no haberse dado cuenta de buscar una mesa en la calle. Cuando las situaciones de nervios pasaban el límite de lo normal necesitaba que un poco de nicotina llegara a su cerebro para pensar con claridad. Cualquier médico le diría lo contrario, pero era su teoría y la esgrimía cada vez que alguien le hablaba de dejar de fumar. Además en su vida no había habido muchos momentos de paz y tranquilidad como para animarse a hacerlo.
Paula notó la cara disconforme de su amiga y sugirió pagar la cuenta y dar una vuelta para tomar aire antes de volver al hospital.
Cuando comenzaron a caminar Brenda encendió su cigarrillo y Paula comenzó con su relato. Cuando pudo confesarle a su amiga todo lo que recordaba, y su miedo de haber cometido algo malo se sintió más relajada, liberada.
Brenda recapitulo: - Entonces, vos no sabes por qué llegaste tan nerviosa a tu casa, como si la noche se hubiera esfumado de tu mente. Y cuando te desvestiste te diste cuenta que estabas manchada de sangre. Y de a poco, fuiste recordando que si estuviste con Mariano.
- Si - respondió cabizbaja- tengo miedo que haya pasado lo de la otra vez.
- Nunca más tenés que pensar en ese episodio, me escuchaste- le gritó Brenda, mientras la tomaba de los hombros.- Esta vez nada es igual. De qué tenés miedo, de haber lastimado a Mariano?
- Si.
- Por qué no lo llamas, seguro debe de estar durmiendo. Y cómo sabes que era sangre la que tenías en la espalda. Apuesto que era pintura, vos me contaste que otras veces te había pintado para jugar con vos y su telas. ¿Fueron a su estudio?
- No lo recuerdo. Sé que llegue a casa con los zapatos con barro.
- Puede ser. Vos me contaste que para pasar a su estudio tenían que atravesar un jardín que los separaba de su casa.
- Ay, Brenda, vos siempre haces las cosas tan fáciles. Yo me siento morir y de golpe vos me devolves la vida.
- LLamalo, y sacate la duda.
Paula marcó el número. La atendió el contestador, dudo en dejar un mensaje, finalmente dijo "Soy Pau llamame, estoy..." y se le cortó el tiempo.
Cuando regresaban al hospital sonó el rintong de Serrano. Era un msj de Mariano.




































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3 comentarios:

Princesa dijo...

Noooooooooooooooo!!!!!!!!!!

Ana asi no se vale!!!!

jajaja...tengo que esperar todo un dia mas?????????

ufssss..

me tenes agarradisima, esta muy lindo escrito!!!!

=)

Dani dijo...

WOW!! y ahora? es alguien que tiene el cel de mariano, seguro, a no ser qeu nuestro querido amig, disfrute las emociones fuertes y aquello haya sido unicamente un juego...

estoy anonadado y expectante al prox post!!!!!!!!

slds.

mercedes dijo...

ana que lindas tus palabras, las de aca y las que me dejaste, lindas, lindas...
nos estamos leyendo