jueves, 4 de octubre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 14

Cuando Paula cerró la puerta y se encontró sola en la casa, se sintió en paz.
Fue hacia el living y se dejó caer en el sofá. Los párpados le pesaban como bolsas de arena, quiso mantenerse despierta, pero se durmió.
El sonido de las campanas del reloj la despertó sobresaltada, hacia tiempo que no las oía, y como una chispa que enciende una mecha, las campanadas hicieron un “clic” en sus recuerdos y éstos empezaron a dispararse en su mente.
Recordó ese mismo reloj marcando las 12 de las noche, ella bajando las escaleras en camisón, su padre en la Biblioteca riendo y mirándola fijo, una puerta que se cerraba; luego un espejo roto, sus muñecas sangrando, Brenda a su lado de la cama en un hospital.
Ese día había sido la última vez que había visto la sonrisa de su padre, no recordaba cómo se había cortado, ni por qué le había resultado incómodo estar ya en su casa. Brenda había empezado a dormir en su mismo cuarto y al tiempo estaban viviendo juntas, después Paula prefirió mudarse sola. La relación con su madre se había vuelto cada vez más tirante y la distancia en cierta forma las volvió a unir, en cambio su padre estaba alejado.
Recordó también una fiesta de su cumpleaños, un vestido rojo que le había obsequiado el socio de su padre. Una noche en casa de Jorge con ese vestido, su mano en su rodilla y el beso tan ansiado. Luego, un malestar general, vómitos, un lavado de estómago y nuevamente la imagen de Brenda velando sus sueños en el hospital. No había logrado recordar aún qué había pasado esa noche, ni por qué al amor que la había llevado a los brazos de Jorge ahora era rechazo y temor. Cuando oyó a Brenda hablar con él le chocó, le hizo dudar de ambos; por qué ella que tanto le había insistido en que se alejara de Ramírez y ella seguía en contacto.
Ramírez tenía cuarenta años y una personalidad irresistible, lo había visto solo una vez en la oficina de su padre y ya sabia que podía amarlo, después de esa noche llena de interrogantes no la había vuelto a llamar y sabía que también la evitaba.
Recordó la noche que conoció a Mariano en una exposición de arte organizada por la Fundación de Arte Latinoamericano que presidía su madre. El cuadro que le había enviado de regalo al otro día de conocerla, el primer beso en la primera salida al cine, el primer “te amo” que había escuchado de un hombre.
Recordó la noche del sábado, su preparativo y el momento del encuentro… y nada más…
Desde hacia unos años no sabía porqué pero perdía retazos de su memoria, como si su mente fuera un rompecabezas al que le faltaran algunas piezas. Un especialista le había dicho que ella estaba bloqueando momentos dolorosos.
Siempre había estrado Brenda para socorrerla, pero Paula necesitaba esta vez poder sola con esto.
Eran la una de la mañana pero no le importó. Corrió hacia su cuarto, tomo su bolso y un abrigo, dejó la luces prendidas para que nadie pensara que estaba sola la casa. Salio a la calle y tomo un taxi.


……………

Mientras Laura y Jorge esperaban en la comisaría a que la investigadora le revelara información sobre el ataque de Roberto, Mariano seguía inconsciente, no imaginaba que alguien iba a empezar a notar su ausencia y comenzaría con su búsqueda.

3 comentarios:

Dani dijo...

Me encanto el momento en que recuerda tantas cosas, paso a menudo por esos lugares...
Brenda estaba mirando desde la ventana de enfrente, que paso? se durmiò??
es verdad es hora de que empieze a enterarse que es lo que pasa en su mente, que es lo que pasa en su vida...
Slds.

Wilfredo Rosas dijo...

Muy buen blog. Pasaré más seguido.

Ro dijo...

Muy bueno como siempreeee.......
interesante!!!!!!!!
Saludos Ro