jueves, 15 de noviembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 30

Florencia y Brenda le hablaban a la vez a la detective Peralta.
- Momento, momento… hablen de a una a la vez o no respondo ninguna pregunta. ¿Alguna de ustedes es familiar?
- No – dijo Brenda, y aclaró- Pero es como si lo fuera, soy la mejor amiga de Paula y soy amiga de la familia Vallejos desde hace más de quince años. Ella – señalando a Florencia- está acá por otra cosa, por la desaparición de su hermano, pero Paula no tiene nada que ver con esto.
-Bien. La señorita Paula no fue interrogada todavía sobre el presunto secuestro de Mariano Ibáñez. Yo sigo en otra jurisdicción el caso del ataque del señor Vallejos y vine a interrogarla sobre eso, porque hay testigos que la vieron a la señorita por la zona en que fue efectuado el ataque.
- Es su hija, es razonable que los hayan visto juntos.
- Si, pero ella admitió haberlo atacado. Como hay otra persona detenida por la misma causa, necesito analizar bien su declaración., pero por ahora va a quedar demorada.
- Detective, lo que pudo haber dicho Paula ahí adentro es mentira. Ella no está bien, ha pasado por horas de tensión, no puede manejar bien sus emociones y sus recuerdos. Ella sufre de periodos de amnesia. Me confesó que no puede recordar lo que pasó en la madrugada del domingo. Cree haber estado con Mariano, pero no está segura.
- Bueno, ahora parece que recordó lo que pasó.
La detective hizo un ademán para alejarse, pero Brenda la retuvo.
- Espere, por favor. Esto no tiene ni pies ni cabeza. Por qué Paula habría querido atacar a su padre. Lo ama, y él a ella. ¿Puedo hablar con ella?. Además tiene derecho a un abogado. No puede demorarla así por que sí.
- A su amiga le dije sus derechos y ella decidió declarar sin llamar a su abogado. Podía haberlo hecho antes y la llamó a usted. Ahora no puede hablar con ella. Hay que esperar. En su departamento se encontraron rastros de sangre los cuales van a ser analizados.

- Yo me voy- dijo Florencia y empezó a caminar hacia la puerta.

- Espere señorita Ibáñez- le pidió la detective- necesitamos su declaración por el caso de su hermano. La policía me informó que tenia fotos y usted no las entregó ni el celular en el que las recibió. Necesitamos todas las pistas posibles para empezar a buscarlo. ¿Se volvieron a comunicar con usted? ¿Pidieron rescate?

- Tal vez todo sea una equivocación. Mi hermano es medio bromista, creo que es un juego de su parte. Yo pensé que Paula sabía, pero ahora veo que no. Me equivoqué. No quiero hacer ninguna denuncia.

- No puede irse así. No crea que su hermano está más en peligro por informarnos. Nosotros somos los únicos que podemos ayudarlo.

Cuando la detective terminó de decir esto, el celular de Florencia comenzó a sonar. Pidió disculpas y se retiró a hablar a solas. Del otro lado de la línea oyó la voz de su hermano.

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