lunes, 24 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 46

Laura supo, el día que terminaron las clases, que Roberto se casaría en veinte cinco días. Juro olvidarlo. En cambio, Roberto averiguo donde trabajaba, y durante veinte días le envió rosas. Comenzó con una y le agregaba una más cada día que pasaba hasta completar las veinte. En la primera recibió una tarjeta con un pedido:
Necesito que me des tu amor antes de veinte días o moriré de pena”.
Roberto
P/d.: No tires estás rosas podrás llevarlas a mi velatorio
.


En cada envío la tarjeta que lo acompañaba indicaba los días menos que quedaban:
“Faltan seis días para mi muerte: Vos sola podes detenerla.
Laura, sentía que él la observaba, así que cada día, recibía las rosas, salía a la puerta y las tiraba en la basura.
El día veintiuno recibió una caja negra, con una mariposa de alas negras clavadas en un tergopol y una tarjeta que decía: “Asesina”
El día veintidós le llenó el local de calas: “Necesito que sientas el olor de mi muerte”
El día veintitrés no recibió nada.
El veinticuatro un cadete le llevó una caja grande. Cuando la abrió halló un traje de novio.
Laura no quería que la engañara o la lastimara, algo dentro de ella le decía “no confíes en el”, por eso no se jugaba por su amor.
El día veinticinco pensaba que todo terminaría, pero cuando llegó al negocio ese día, lo halló frente a la puerta, vestido de sport, con una amplia sonrisa que le hacia brillar más la mirada. Laura caminó hacia él, como impulsada por una fuerza extraña. Cuando estuvo a su lado, lo abrazó y lo beso, el le respondió con pasión, luego la alejó y sacó de su bolsillo una cajita con dos alianzas.
Antes de que empezaran los cursos el siguiente año, ya estaban casados, y ella con síntomas de estar embarazada. Laura dejó sus estudios y Roberto empezó a trabajar en un importante estudio.
De a poco, y con gran esfuerzo Roberto hizo carrera, los contactos que Laura le brindaba por codearse con personas de la alta sociedad, gracias a su trabajo en la casa de antigüedades, fueron el impulso hacia su independencia.
En cinco años lograron tener un pasar acomodado, él era un arquitecto respetado y solicitado, Laura seguía en la casa de antigüedades y seguía especializándose en arte. Laura comenzaba a sentir la ausencia de su marido. El estaba prácticamente afuera todo el día, y cuando estaba en la casa se la pasaba jugando con Paula, su hija.
Laura sabía que Roberto la engañaba, pero cada noche regresaba a su lado, y eso la hacia sentir fuerte, la única mujer que era más importante que ella en la vida de él, era su hija y ella a veces sentía por ella rencor, recelo.
Cuando cumplieron diez años de matrimonio organizaron una cena, ese día se sintió realmente humillada, se dio cuenta de la mirada de compasión que algunos le prodigaban y comprendió que muchas de las mujeres que se le acercaban habían sido o eran, las amantes de su marido. Se la pasó atando cabos, viajes de él, coincidían con los viajes de una, las tardanzas de él, con la separación de otra. Ya no le creía nada, y vivía constantemente a la defensiva. El le había prometido una vida de amor que sólo duro un par de meses. Le pidió la separación, pero el se la negó, le pidió una nueva oportunidad y la llevó de viaje.
El idilio duró unos años. Después el volvió a distanciarse, ya no dormía en su cuarto, se la pasaba en el escritorio. Una noche bajó y oyó gemidos, abrió despacio la puerta y vio a su marido haciéndole el amor a la mejor amiga de su hija.
Cuando está imagen se le vino a la mente, Laura lloró, lloró con amargura. Luego se levantó de la silla, sacó los bolsos de la caja fuerte y salió. En la otra habitación Florencia dormía.


HALLAZGO (yapa de navidad)

La detective Peralta se disponía a salir para tomarle declaración a Roberto cuando un agente la interceptó.
-Detective, recibimos una llamada al 911, y cuando fuimos al lugar encontramos una mujer ahorcada. Estaba colgada en el ventilador de techo de su living.
- Agente, no puedo hacerme cargo de esto ahora, necesito tomar una declaración urgente.
-Creo que esto va interesarle. Mire estas fotos, la recuerda… a la tuvimos detenida ayer. Se llamaba Vanina Acosta.

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