sábado, 1 de diciembre de 2007

PLANES CRUZADOS CAPITULO 37

Paula tenia la cabeza llena de voces, de imágenes que se sucedían, y se superponían. Los ojos de terror de su padre cuando fue a verlo al hospital se le clavaron en el corazón, Su dificultad por resolver los episodios traumáticos de su vida la han llevado a pensar que las cosas no son tal como las ve, que a veces pueden ser distintas. Lo que creía seguro, era algo quebradizo y lo frágil resultaba más fuerte de lo pensado.
La habían conducido no aun calabozo, sino a una oficina vacía en el fondo de la comisaría. Esta sentada cuando vio entrar a su madre y se lleno de emoción., se levanto, corrió hacia ella y la abrazo.
_¿Qué hiciste Paula? ¿Por qué mentiste?
- No quiero hablar de eso mamá. Sólo necesito que te quedes un rato conmigo, necesito saber que puedo contar con vos, sentirme querida.
-Vení, sentemos acá.- Laura la tomo de la mano y la condujo hacia las sillas- sé que vos no pudiste hacerlo, y no sé que es lo que te lleva a cargar con la culpa, pero yo te quiero fuera de esto, y si vos no declaras a tu favor, y como la policía ya te ha creído culpable, lo único que te puede salvar es una declaración de Mariano.
- Y él que tiene que ver con esto.
-El estuvo con vos la noche del sábado y la madrugada del domingo.
-No estoy segura de eso.
- Bueno él es el único que nos puede aclarar todo. El no está desaparecido, está secuestrado, algo le pasó también ese día, y creo que puede ser que vos algo sepas, pero hoy no recordas. La policía no sabe nada, pero ya se comunicaron con la hermana los secuestradores.
- Y que le dijeron.
- Pidieron por su libertad una cifra muy elevada. Su familia no la tiene, yo me ofrecí a cubrir una parte, pero sin tu padre bien no es mucho. Necesitaría que me des la llave de tu caja del banco para sacar el resto del dinero y las pinturas con eso creo que lo cubriremos y Mariano quedara libre.
- Si, yo te doy la llave, no tengo problema, quisiera ayudar, no sé si también soy culpable de eso. Mariano no tiene mucho dinero, ni su familia, viven bien, pero tal vez se confundieron. Te la doy para que Mariano quede libre, no yo. Yo estoy bien. Acá estoy bien, no le hago mal a nadie.
-No hace falta que te hagas esto, Paula
- Una copia de la llave está en mi bolso. La debe tener la policía, el viernes fui al banco y retire algo, creo que no la saque de mi bolso… sino, hay una en la mesa de luz de mi departamento.
- Alguien golpeó la puerta. Era la señal que debía dejar la oficina.
Laura se levanto, le dio un beso en la mejilla y caminó hacia la puerta. Paula volvió a llamarla:
- Mamá
- Si-, dijo Laura sin volverse.
- Te perdono.
Entonces su madre salio de la sala sin pronunciar palabra.

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