sábado, 26 de enero de 2008

PLANES CRUZADOS CAPÍTULO 64

Roberto respondió al abrazo de su hija, por un momento le pareció que volvía a ser esa niñita para la cual era un héroe que la salvaba de todos los males; Paula se quedó con la cabeza pegada a su pecho, sabía que la había engañado y lastimado, pero era su padre, su padre ante todo, y éste sería el último de sus abrazos.
Florencia los vio y empezó a aplaudir de manera pausada, “qué tierna escena”, dijo con sonrisa forzada. Roberto y Paula se alejaron, entonces ella caminó hacia él, lo tomó de la pera con una de sus manos y le acarició el rostro con la otra, y lo beso en la boca.
Roberto le respondió, pero cuando ella quiso volver a besarlo, la detuvo y le preguntó:
-¿Qué hace Paula aquí?
-Decidí llevar adelante el plan como lo acordamos en un principio, como siempre debió haber sido, ¿vos no lo querías así?
-Sí, papá, ¿vos no querías que me secuestraran?- remarcó Paula.
-Pauli, vos nunca ibas a estar en peligro, era sólo para que tu madre entregara unas pinturas que son importante para nosotros.- Roberto intentó acercarse a Paula para tocarla, pero ella se alejó de él.- Pero ya nada es importante. Todo terminó.- expresó con voz apagada, mientras les daba la espalda a las dos mujeres.
-¿Qué decís Roberto?- Florencia caminó hacia él y lo tomó del brazo.- No podes dejar esto así, no me arriesgué a hacer tantas cosas por nada. Necesitamos entregar esas pinturas al coleccionista para el que trabajo, pero no se trata sólo de cumplir con él o no, tiene demasiadas obras para preocuparse por esta. Es por vos que lo hago, te quiero Roberto, y sabes que mañana tu carrera estará por el piso. Necesitamos ese dinero, y su ayuda para irnos.
Roberto le apretó la mano que ella tenía en su brazo, y le dijo:
-No te das cuenta Flor que mi carrera hoy acaba de terminar.
-Todavía no. Confía en mí, sólo debemos presionar a Laura.
-Está bien. Vuelvo a poner mi vida en tus manos.
Florencia lo abrazó y salió al pasillo a hacer una llamada.
Roberto se quedó solo con Paula.
Estuvieron en silencio, Roberto parado, mirando fijo a su hija; quería volver a ver sus ojos, necesitaba comprobar si aún quedaban en ellos algo de cariño. Paula caminaba en círculos, no se animaba a mirarlo. En un momento, él se tomó de una mesa y se sentó, ella se dio cuenta que no se sentía bien. Tuvo el impulso de ir hacia él, pero lo abortó. Entonces, se animó a preguntarle:
-Papá, ¿por qué planeaste tu ataque?


Un interrogatorio igual de tenso se vivía en la casa de la detective Peralta.
-¿Qué papel jugaba Vanina Acosta en esta historia?
-Vanina no estaba con nosotros. Ella era una buena y vieja amiga, mi confidente, sabía todo sobre mí, y por lo que creo también de Roberto. Ella tenía conocimiento de lo que íbamos a hacer y seguramente lo alertó a él. El tiene esa particularidad para convencer a las mujeres… Fue un error contarle tanto a Vanina, si no lo hubiera hecho, hoy estaría viva.
-¿Y quién cree que está detrás de todo esto? El afectado, el señor Vallejos estaba internado, él no pudo hacerlo.
-Si él cae, arrastra tras de sí a muchos otros. Por eso me preocupa todos los que han estado involucrados de alguna manera conmigo, Brenda está acá, pero qué hay de Paula y de Laura, alguien descubrió que me debe haber ayudado.
-Lo que yo no entiendo.- dijo Brenda- es qué hacia Florencia en la comisaría con Paula si ella había ido con Laura a buscar el dinero.
-¿Qué dinero?- preguntaron al unísono Peralta y Ramírez.
-El dinero para pagar el secuestro de Mariano.

Brenda les contó sobre la desaparición de Mariano, sobre la llamada de los secuestradores, y sobre la esperanza que tenía Laura para que Paula quedara libre al encontrarlo y confesara que había estado con ella a la hora del ataque. Le dijo también que en la comisaría Paula le había admitido ser inocente, pero que pensaba que lo había hecho ella y que por eso se había declarado culpable, para torturarla con la culpa.
Cuando la detective preguntó por Florencia, Brenda le contó que la conocía desde chica, que siempre habían mantenido una comunicación fluida hasta hace poco más de tres años en los que había perdido contacto, y que a pesar de ser confidentes, nunca le había hablado de su hermano artista, ni demasiado de su familia.
Peralta les confió que había mandado a averiguar datos sobre Florencia Ibáñez porque cuando la vio en la comisaría no le había cerrado su versión de que su hermano no estaba secuestrado, sino con amigos, y que todo se trataba de una broma. Florencia era hija de madre soltera. Su madre se había casado con un hombre de dinero, viudo y con un hijo, Mariano Ibáñez. Ese hombre, Julian Ibáñez anota con su apellido a Florencia, y la incluye en su testamento. El muere en un accidente que sufre con su bote en el Mar Mediterráneo hace cinco años mientras navegaba junto a su esposa e hija. Hoy su esposa está viviendo en una casa en Grecia recluida, como una ermitaña. Florencia es asesora de un coleccionista de arte Europeo, con el que se casó secretamente en Francia, se cree que trabaja también para el mercado negro, y no tiene hijos.
-Si la señorita Florencia está con Paula, es porque quiere algo de los Vallejos, pero qué.- se preguntó la detective Peralta.

4 comentarios:

Nada sé dijo...

"¡Cosa curiosa! El primer síntoma del amor en un joven, es la timidez; en una joven, es la audacia. En el surco del arado entierra el hombre sus vicios. El amor es un ardiente olvido de todo."

-.Belu.- dijo...

wuu.. quiero YA lunes!!!

IZA dijo...

Prometo ingresar en la historia de febrero, tenme al tanto apenas la empieces para disfrutarla desde el comienzo. Capítulo 64...todo un libro.

Un beso,

-.Belu.- dijo...

mañana, mañana!!
posteos, novio.. todo llega mañana.. aguante el lunes!